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No teniendo nada mas entretenido que hacer en la celebración en medio de mis compañeros y humanos me fui de allí, además había notado cierta ausencia.

Me deje guiar por donde sentía emociones fuertes, conocía el estado normal de Druig y por eso era mas fácil.

Estaba algo alejado de la aldea mirando por el acantilado.

Notó mi presencia al instante dedicándome una de sus sonrisas.

—Hola, Druig. Pasaba por aquí y pensaba ¿Que hace un hombre tan atractivo solo? —bromee haciendo un intento de coqueteo. Me posé a su lado con su misma postura— No te he visto en casi todo el día y me preguntaba si estabas bien.

—Estoy bien, solo quería pensar pero que bueno que estés aquí.

Sonreí agradecida por su comentario. Algo en él hacía que actuara de manera tímida y tonta.

—Te vez tan hermosa como cada día pero hoy tienes un toque diferente, algo dulce. —su mano apartó un mechón de mi cabello mientras sonreía.

Su gesto hizo que sonriera tímida y tratara de esconder mi sonrojo mirando hacia otro lado aunque de todos modos contesté:

—Tu también te vez bien hoy. De hecho te vez genial siempre, no quise decir que estuvieras mal los demás días. —mi mano tapó mi cara por nuevo estar siendo una tonta— Lo siento, no he empezado bien el día.

Fue agradable escuchar su carcajada, también el hecho de que se acercara a mi pero mis nervios aumentaron cuando sentí su mano posarse en mi espalda baja.

Sonrío de lado al ver como me movía para dejar caer su mano en el aire aunque mantenía la cercanía mirándome de frente.

—Yo quería saber como estabas y antes de eso estabas aquí tranquilo así que prefiero irme, no quiero molestarte. —sus manos me detuvieron al instante.

—Pero no me molestas, al contrario estoy feliz de que estés aquí.

—Oh. —mi felicidad fue lo único que me dejo decir por unos instantes— En ese caso estoy feliz de que me quieras aquí.

De pronto sus brazos me envolvieron en un apretado abrazo el cual correspondí al instante.

—Creí que no te gustaban los abrazos, ni cualquier contacto que incluya tocar a semejante ser. —su risa vibró en su pecho.

—Es difícil resistirse a tu ternura. —alcé mi ceja sin saber a que se refería en realidad— ¿Has visto lo bien que combinan nuestros trajes? —comento prácticamente de la misma nada.

—Esto es raro, Druig siendo amable y alagándome de nuevo. Y si, pero mi falda es mas bonita que la tuya. —lucí un poco moviendo las telas ignorando su cara de indignación.

—Me siento ofendido, siempre he sido un sol contigo no se de que me hablas.  —su mirada era algo intensa sobre mi haciendo que fuera difícil respirar, aun mas cuando se acercó y rodeó con sus brazos entrelazando sus manos en mi espalda para tener distancia y mirarme.

—¿Hay algo mas que quieras decirme? Ya que estas camino a hacer que me desmaye, termina de una vez. —comente en tono de broma pero no era broma.

—Solo preguntare algo que me tiene intranquilo. —asentí, trague saliva al ver su seriedad— ¿Kingo y tu tienen algo? Es que a veces él parece tan cercano a ti y acapara toda tu atención.

—¿Que? No, no tenemos nada mas que una amistad. Tu podrías pasar tiempo con nosotros si no fueras un malhumorado.

—¿Y él sabe que es solo una amistad? Porque a veces pareces no darte cuenta de cosas obvias.

Estaba nerviosa, sus palabras hacían que esas cosas obvias ahora tuvieran sentido. Él...

Sus manos ahuecaron mis mejillas, sentía su aliento acariciar mi rostro. Fue imposible no mirar sus ojos, tan profundos y expresivos.

—Yo enserio no creo que Kingo sienta algo mas por mi ¿por qué crees eso? —mi voz sonaba tan baja debido a la cercanía entre ambos.

—Por el simple hecho de que te mira de la misma forma que yo aunque no estés haciendo absolutamente nada, y solo seas tú y tu belleza.

—Druig...

—Si... —contesto en el mismo tono acercándose un poco mas.

—Estas poniéndome nerviosa.

—Entonces estoy haciendo un gran trabajo. —sonrió divertido y burlón— Solo quería confirmar lo que sospechaba sin entrar en tu mente, además te vez demasiado hermosa con esa expresión en tu rostro.

—Y tu te ves tan atractivo con esa expresión que parece que estuvieras a punto de besarme. —temí por el hecho de que esa no fuera su intención pero sus emociones parecian gritarlo.

—¿Puedo? —acarició mi labio inferior con suavidad. Asentí mirándole, esperando que lo hiciera.

Cerró nuestra distancia posando sus labios sobre los míos delicadamente. Mis manos tomaron su nuca entrelazando mis dedos en su cabello sedoso cuando volvió a besarme con más intensidad.

Sus emociones y las mías se mezclan y eres imposible poder controlarlas, tampoco quería, deseaba dejar salir todo lo que estaba provocando en mi.

Sus manos en mi cintura hicieron que temblara y sonriera a mitad del beso, él igual pero no lo detuvo de seguir besándome. Volvió a besarme con ternura y al terminar tenia una sonrisa boba en su rostro.

—Siento que eres y serás mi perdición.

—Pues ahora por haberme besado eres mio. —reí al ver como negaba divertido— Y prometo llevarte por el buen camino.

Lo bese sintiendo como los nervios de apoderaban de mi estómago, aunque me sentí correspondía y con cierta protección cuando sus brazos me rodearon, y sentía el amor que derrochaba con sus besos.

—Ah, chicos. Ajak los necesita, reunión de ultimo momento. —la voz de Kingo nos saco de nuestra nube de estupidez.

—Si ya mismo vamos. —tomé la mano de Druig para comenzar a caminar, sentí como eso le hizo feliz y sonreí.

Sus emociones eran muy contrarias a las de Kingo, angustia y malestar, sus celos se podían oler a kilómetros y no podía creer que jamás hubiera prestado atención a lo que mis poderes podían detectar.

Solo pude enviar una ola de calma a su cuerpo, le quería y no podía permitirme hacerle daño pero ya era tarde, había visto lo que menos deseaba y no podía cambiarlo.

Barry/Druig One Shots - Eternals.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora