—¡Hola! —mi cuerpo estaba sobre el de Druig quien se encontraba de espaldas a mi en su cama leyendo un libro— ¿Que lees?
—Un libro. —un pequeño golpe provocado por la punta de mis dedos mayor e índice en su oreja lo hizo quejar de dolor— Desde el comienzo del pasillo escuché tus pensamientos dispuesta a molestarme como siempre lo haces.
—Lo hago porque me agradas y no vas a lanzarme rayos o disparos cósmicos.
—Porque no puedo hacerlo.
—¡Oye! Se que me adoras. —Druig sonrió de lado mirándome a los ojos, esa sonrisa provocó nervios en mi estómago— Tu sonrisa lo dice. —me quite de encima de su cuerpo pero me mantuve en el lado libre de su cama.
—También como se que no solo te agrado. —no se como demonios se movió tan rápido posicionandose sobre mi— También se que estas enamorada de mi, Leiah y es tierno. —creo que iba a morir, seguía viéndome atentamente con una sonrisa divertida mientras yo parecía no poder procesar lo que ocurría.
—Tal vez tengas fiebre o alguna de esa cosas que le pasan a los humanos, debo alertar a Ajak, estas alucinando. —logre levantar mi torso pero tomo mis manos evitando que pudiera seguir.
—No tiene mucho sentido que lo ocultes, me encargué de buscar por esa alocada cabeza tuya y fue estupendo saber que estas tan loca por mi como yo lo estoy por ti. —su rostro estaba tan cerca del mio, nuestras manos se entrelazaron a cada lado de mi cabeza.
—Ahora creo que soy yo quien alucina ¿Puedes repetir lo que ha dicho?
—Que estoy enamorado de ti, Lili. —sus labios tocaron los míos en un suave beso.
Mi felicidad fue tal que mi cuerpo comenzó a moverse como si estuviera casi electrocutandome, aunque no podía moverme mucho debido a su cuerpo y que apretaba la tela de mi vestido.
—Si, definitivamente esperaba esa reacción de ti y aun mas esa sonrisa encantadora. —volvió a besarme, solo que esta vez duro mucho más y fue aún más intenso.
Dejó que pudiéramos tomar un respiro, soltó mis manos, tomo mis mejillas y yo abracé su espalda sintiendo los bordados de su ropa.
Nos unimos en un nuevo beso un poco mas apasionado que antes, sus dedos dejaban suaves toques en mis mejillas y cuello.
Mis manos moldeaban su torso definido por su vestuario, creo que prefería estos vestuarios a nuestros trajes, luciamos parecidos y porque definitivamente no seria muy cómodo llevar nuestros trajes estando así.
—¿Quieres que me detenga? Tu corazón parece que va a reventar. —expreso con burla.
—Es el tuyo. —contesté en tono serio.
—Creo que es el de ambos, parece como si fuera solo uno. —dejo un beso en mi frente.
—¿Te has pensado mucho todo esto? Quiero decir, pensar en si sentías lo mismo, si valía la pena o que solo querías una amistad duradera.
—Sabia que estaba enamorado de ti mucho antes de verlo en tu mente. De hecho creo que sería justo devolverte este recuerdo. —sus ojos se volvieron dorados y entonces en mi mente vi algo.
—Ya nos habíamos besado pero me hiciste olvidarlo creyendo que no te había correspondido en realidad.
—Entre en pánico y fue lo mejor que pude hacer. —se levantó quitándose de encima de mi y sentándose en la cama— Tengo ese beso en mi memoria desde hace siglos y a sido tan difícil mirarte y no desear besarte otra vez.
—Eres un tonto. —comente en un tono más enojado del que esperaba. Lo abrace al instante para evitar que se sintiera mal— Aunque entiendo tus razones, ahora también entiendo porque me quedaba viendo tus labios, creo que inconscientemente lo sabia.
Tuvo el tierno detalle de besar mi sien ya que mi cara aun estaba sobre su hombro debido al abrazo.
—Pero ahora puedes besarme por todo este tiempo que los has deseado. —acerqué mi rostro al suyo, sobre todo nuestros labios dejando un corto beso. A ese le siguieron otros besos cortos mas y luego uno mas largo.
Mi frente quedó pegada a su mentón mientras mantenía mis ojos cerrados y respiraba tranquila.
Pero claro, tuve que tener una de mis ideas.
—Pidamos permiso a Ajak para bajar un momento a tierra y adoptar un gato, si es bebé estará con nosotros por al menos una década y un poco mas.
—¿Es en serio? —preguntó algo incrédulo y divertido.
—Por supuesto. Solo espero que Ajak no se rehúse a que este aquí mientras no debamos estar con los humanos.
—Esta bien, lo que mi bella dama desee. —aplaudí contenta y sonreí, como tantas otras veces me lancé sobre el para abrazarlo y quedarnos así por un largo tiempo.