079 (Pedido)

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El que creí seria un momento de alegría, se estaba convirtiendo en un dolor indescriptible.

―Vamos Alina, debes pujar.

―No puedo. ―exprese casi en llanto debido al dolor.

―Debes hacerlo o morirá, ya casi esta asomando, debes ser fuerte y pujar.

―Duele tanto. ―estaba al borde del desmayo y Druig no aparecía, sentía que debía verlo y eso no era bueno en este momento― ¿Dónde esta Druig, por qué no ha venido?

―Señor Druig no esta en la comunidad ¿Recuerda? Tuvo que salir. No esperaba que el bebe naciera hoy.

Todo se estaba complicando y este gran hijo de perra no estaba aquí.

Volví a gritar cuando el dolor agudo azotó mi cuerpo, me dio el impulso para pujar y ayudar a que naciera pero pronto esa fuerza se agotó y quede tendida en la cama.

―Vuelva a intentarlo, ya puedo verle, señorita.― su voz sonaba entusiasmada y quería decir algo pero no podía.

Los partos sin duda no eran algo sencillo y menos aquí donde no teníamos tantos recursos como deberíamos pero nunca había ocurrido una tragedia.

Tal parece que el que sea un bebé de Druig quien sabía que era un eterno, estaba complicando las cosas, lo sentía. Esto no era normal.

A lo lejos podía escuchar a la mujer llamándome, a duras penas volví. 

―Debes ser fuerte por ti y por el bebé, no puede salir y la única manera de que lo haga es que hagas un esfuerzo mas.

―Lo intentare. ―respire profundo y utilice lo ultimo que quedaba de mis fuerzas.

―Funciona, solo un poco mas.

Sentía que me iba, estaba doliendo demasiado, la mujer ayudaba pero no parecía ser suficiente pues era yo quien debía hacerlo casi todo.

Entonces después de tanto hacer fuerza para que saliera, sentí una sensación de alivio inmediata.

A lo lejos podía escuchar el ronco llanto de un bebé, había podido nacer por eso el alivio o quiza estaba muriendo.

No sentía dolor alguno en mi cuerpo, me sentía bien, una calidez extraña. No tenia idea de que la muerte fuera así, tan tranquila.

―¡Alina! ¡Alina! Aquí estoy, quédate conmigo.

Apenas podía escucharle pues parecía estar en completa paz lejos de donde me encontraba.

Druig.

Estaba aquí, al menos podría escucharlo ya que todo daba vueltas y se volvía borroso.

―Por favor no me dejes. ―lloró.

No quería hacerlo, no quería dejarle, quería conocer a nuestro bebé. Teníamos tanto que vivir antes de irme.

Aun no era mi hora, sabia que no lo era. Las condolencias y perdones ya se escuchaban, entonces tome valor y salí de la comodidad a la que estaba yendo, escuchando de fondo que aun no es mi tiempo de partir.

―Aquí estoy, amor mío.

Note las lagrimas brotar de sus ojos junto a una expresión de alivio.

Beso mis labios con amor y desesperación.

―Tenia tanto miedo de perderte, creí que ya no había nada mas que hacer.

―Tengo mucho que vivir antes de irme, debemos, ahora junto a nuestro hijo. ―mire a un lado viendo al bebé que aun lloriqueaba.

La mujer lo trajo hasta nosotros después de limpiarlo y lo dejó sobre mi pecho, casi al instante mantuvo la calma y no había rastro de llanto.

―Te amo, Alina. Gracias por esto.

―Gracias a ti. ―a pesar de las complicaciones, pensé, Druig sonrió.

Todas se fueron dejándonos un momento a solas por fin, disfrutaba de esta calma, había dolor pero la gratitud era mucho mayor y estaba feliz de poder estar aquí con mis dos chicos.

Barry/Druig One Shots - Eternals.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora