Era una chica demasiado curiosa, algo extraño debido a que no era algo que mi familia haya querido desarrollar en mi, solo existían y seguían su rutina, también tenia la mía pero de vez en cuando me salía un poco de la línea. Algo Druig corregía pero de cierta forma no funcionaba.
Iba caminando entre medio de los arboles sin tener una dirección en especifico pero esta selva debía un fin en algún punto, debía de haber un limite o algo así. Así como con la paciencia de Druig, no es la primera vez que lo hacia y estaba segura de que se enfadaría un poco mas.
―¿En enserio, otra vez? ―solté un pequeño grito al verle salir de entre los arboles y corrí en otra dirección― ¿Creíste que no me daría cuenta? Te he estado observando desde la ultima vez.
―No te pedí que lo hicieras, déjame en paz. ―grite a mi espalda sin ver a nadie.
―Eres una niña insolente, no vas a llegar a ninguna parte, créeme me encargue de estar en un lugar muy alejado. ―se escucho algo cerca pero no tanto.
―No soy una niña, viejo prehistórico.
Por un momento no se escuchó nada mas, ni sus pisadas ni sus quejas por mi falta de respeto.
―Vuelve aquí ¿A donde crees que vas? ―de verdad ¿estaba caminando en círculos o soy tonta al no poder esquivarle?
―No es asunto suyo. ―sus brazos me levantaron sin ningún problema y comencé a patear para que me soltara.
―Como líder y protector de esta comunidad si es mi problema me temo. ―mis pies tocaron el suelo pero me mantenía bajo su mirada por precaución.
―Líder de una secta, es en donde vivo. ―Druig me miró interrogándome― Si, otra vez me metí en tu cabaña y leí esos libros raros que tienes de ficción y esa palabra describía muy bien lo que somos. Solo nos falta un ritual o algo medio extraño para ser por completo unos raros.
―En primer lugar creí haber dicho que no se podía entrar en mi lugar. ―sacudí mi hombro sin importarme, el chico apretó su mandíbula― Y segundo estoy cansado de tus intentos por escapar, no hay nada bueno allá afuera.
―Según tu, quiero ver lo que hay mas allá por mi misma. Mi familia ha vivido aquí generación tras generación y jamás he escuchado nada, es imposible que seamos los únicos o que todo sea horrible.
―Solo encontraras caos, egoísmo y yo trato de alejarlos de ese modo destructivo de vivir, se que eres capas de entenderlo.
―Solo es curiosidad, no tengo porque quedarme con ellos.
―Tu curiosidad hará que algo te atraiga demasiado y no es la idea perder personas de este sitio. Los años pasan pero las personas siguen siendo cada vez peor, y es mejor que yo siga siendo su conexión al mundo exterior. ―mire hacia otro lado― No pongas ese gesto infantil.
―Viendo que interrumpiste mi gran huida al temible y horrendo mundo ¿Me sueltas por favor?
―Antes debo hacer algo.
―¿Que? ¿Intentar borrar mi deseo por salir de aquí? Siempre encuentro la manera de borrar lo que sea que hagas, no lograras hipnotizarme con tus lindos ojos azules o como sea que lo hagas.
―No hare nada si tu no intentas escapar de nuevo, sabes bien que tus padres se preocupan. O aun mejor, un día puedo llevarte conmigo y podrás ver todo lo que quieras.
―Me llevaras a la peor parte del mundo para que no quiera volver a desobedecer ¿Verdad? ―Druig asintió sonriendo con burla― Ya que.
Se volteo y en ese instante intente correr de nuevo pero ni siquiera llegue a dar un paso cuando ya me había alcanzado. Me llevaba cargada como un saco de papas.
