Parte 2 del 044.
—Todos van a morir ¡Todos van a morir!
—Nala, amor, no escuches las voces, no son reales yo si y te digo que todo estará bien. Escúchame. —hablaba desesperado pero ella parecía no escucharme.
—Siempre es igual, Thena tenia razón, ella tiene razón. Todo esto no importara de todos modos, volveremos al principio, volveremos al principio. —lloraba sin consuelo mirando al frente mientras temblaba.
—¿Recuerdas lo que Ajak le decía a Thena? Escucha mi voz, concentrate en mi, no escuches a las voces. —parecía calmarse aunque aun seguía algo ida.
—Señor Druig ¿Esta todo bien? —no logré idéntificar al aldeano en medio de la oscuridad.
—Todo esta bien, tranquilo. —tomé a Nala en brazos y la lleve a nuestra casa, se removió entre mis brazos algo enfadada y por muy poco logré esquivar su golpe— Nala, detente lo que sea que vez no es real. Esta es nuestra primera misión, es imposible que pudieras estar en otro lugar antes, Arishem nos encargó como primera misión la tierra.
Ella negaba convencida de lo que decía y veía.
—Tu estuviste allí, estuvimos los dos cuidando de cada persona en ese lugar. Todo se convirtió en ceniza para... para, no se que mas ocurrió es muy confuso.
—Por favor recuéstate, descansa, llevas días muy pesados trabajando para mejorar este lugar, es estrés.
—No necesito que me trates como una loca Druig— me apartó bruscamente y se levantó—, otra vez dejaremos que pase lo mismo y no habrá nada que pueda detenerlo, cuando suceda será muy tarde para todos aquí, ya es tarde.
—Estas asustandome, por favor ya, solo concentrate en mi, esto es real y estoy aquí para ayudarte.
—Lo se, de alguna forma siento que siempre has estado para mi. Y Thena no tiene ninguna enfermedad mítica, ahora lo puedo ver, yo veo lo que ella. —las líneas y luces amarillas desaparecieron de su rostro y cayó al suelo inconsciente, corrí de inmediato a ella volviendo a dejarla sobre la cama.
Aun sentía leves espasmos dominar su cuerpo. Estaba nervioso, perdido, no podía pensar en la idea de que Nala tuviera Mahd wy'ry, no mi preciosa Nala, que iba a hacer si esto la atacaba constantemente.
Al día siguiente despertó, no había conseguido dormir así que me dediqué a verla a ella dormir.
Se removió bastante tocando su cabeza con sus manos.
—Siento mi cabeza estallar ¿que esta ocurriendo conmigo? Creo haberme desmayado como dos veces y decir incoherencias.
—¿Recuerdas algo de lo que dijiste? Fue bastante interesante, dijiste que algunos de nosotros estuvimos antes y no pudimos hacer nada. —además a diferencia de Thena, ella si parecía reconocerme.
—No lo se, es como si se borrara a cada segundo pero puedo sentir el terror en mi cuerpo. ¿Que hay de malo conmigo Druig? —sus ojos se llenaron de lágrimas y sentí impotencia.
—No quiero ser brusco pero creo que lo que tiene Thena te esta afectando también y ahora pensándolo con más calma, no creo que sea casualidad, hay algo extraño en toda esta misión. Solo que antes no podía ver mas. —hay algo que Ajak se saltó.
—¿Que pasará si te hago daño? No soy tan peligrosa como Thena pero aun así si no me reconozco a mi misma como haré para no dañarte.
—No vas a dañarme, yo estaré aquí para protegerte de todo. —mi voz tembló al ver nuevamente las líneas doradas sobre su rostro pero al instante se fueron.
—Tengo miedo, tengo temor de perderme a mi misma.
—Eso no pasara, no dejaré que pase. Lo que nos une es mas fuerte que cualquier cosa que pueda atacarnos, conseguirás seguir adelante hasta que hallemos una solución.
Aquella promesa había quedado forjada por un fuerte abrazo iniciado por ella, escuchar su llanto era de las cosas más dolorosas que había sentido, había sufrido en el pasado si pero se trataba de la persona que amaba.
El tiempo paso y aunque luchaba contra sí misma, algunos episodios se volvieron un poco mas violentos. Era difícil para mi tener que controlar su mente, se supone que jure jamás hacerlo pero ella misma lo había pedido y tenia que dejar de lado lo que yo creía que era correcto.
Descubrimos que pasar un largo rato en el lago la relajaba demasiado, solo eramos ella y yo flotando en el agua, nuestros cuerpos pegados y sin decir una palabra, solo el sonido del ambiente.
Hasta que se quedaba dormida y decidida que era tiempo de salir, me vestía y tapaba su cuerpo muy bien en caso de que alguien nos viera llegar.
Sus ataques eran menos invasivos para su mente después de eso, era tierno encontrarla nadando en el lago, disfrutando cual niña pequeña.
No quería pensar en que esto algún día dejaría de funcionar quizá, así que iba día a día sin pensar en lo que podría pasar, Nala no se preocupaba por eso, no tenia que sumarle mi carga.