INSTINTOS

VI.

Hera Mitch

Nunca me desperté tan feliz como hoy, es lunes y regresaba a clases, volvía a verla, mi mamá Lana me ayudó en algunas cosas y ambas me llevaron a la escuela, cuando llegamos se quedaron hablando conmigo unos minutos y se despidieron para irse a sus trabajos, estaba viendo la escuela cuando una voz me hizo sobresaltar, cuando volteé a ver era la dueña de mis fantasías en estos últimos tiempos.

Nos saludamos y nos dijimos que nos extrañamos, a nuestra manera pero así fue, quiso ayudarme para entrar pero no acepté, así que la vi irse y babee al ver sus caderas moverse de una manera tan felina.

-Límpiate la baba – dijeron a mi lado y me asusté viendo a mi lado, era Julián –
- Imbécil – chillé y se reía –

Nos abrazamos fuerte y entramos por fin, para caminar los pasillos mientras hablábamos y se nos unió Jesús, cuando alcé la mirada venían Kendra con Catalina y me tensé, al verme se detuvo al igual que yo, pero Catalina se acercó a saludarme y para saber como iba, se disculpó y se llevó a la rubia mientras Jesús me ayudaba a mí y vimos a Hanna en su puesto esperando, al vernos alzó la mano y nos reímos.

- Te extrañé – chilló abrazándome y me reí –
- También los extrañé – dije y me separé del abrazo –

Unos minutos después, entró ella como una reina, tragué saliva y cuando volteó a vernos sonreí embelesada, sí, ella tenía algún poder en mí, aunque sé que no es amor, es una atracción sexual que deseo probar con toda mi alma.

Las horas pasaban y ahora estaba en la cafetería con los chicos hablando de todo lo que pasó estas dos semanas donde no vine a clase y me sorprendió tantas cosas, cuando alcé la mirada Michelle entraba a la cafetería y nuestras miradas se encontraron pero un pisotón me hizo gemir de dolor y cuando miré quién era, me moleste muchísimo.

-¿Qué te pasa idiota? – grité intentando levantarme con ayuda de las muletas –
- Uy, disculpa lisiada no te vi – dijo Kendra y me dio ganas de golpearla con la muleta –
- ¿Qué pasa aquí? – miré a Kendra con reto y ella le sonreía a Michelle –

Allí entendí todo, Kendra moría por Michelle y no sabía que sentir, si más odio o reírme porque la señora Rojas jamás le va a prestar atención. Kendra se disculpó y se fue.

-¿Estás bien? – preguntó colocando su mano en mi hombro y asentí –
- Gracias y sí – respondí seria y me senté de nuevo –
- Sí necesitas algo, avísenme – dijo y se fue –
- ¿Kendra muere por Michelle? – pregunté viendo a la nada –
- Que genia – respondió Jesús – no llevas ni un mes y ya te diste cuenta – bufé –
- La mitad de esta escuela mueren por la directora – dijo Julián y me tensé –
- Más que todo Alfonsino el profesor de estadística – miré a Hanna – Maura la de biología – fruncí el ceño – Teresa la de Educación Física – tragué saliva – y Kendra – finalizó y por dentro se me revolvió todo –
- Pero tranquila, a ninguno los mira como a ti – comentó Julián y me quedé pensando –

El timbre sonó unos minutos después y Jesús me ayudó a levantarme mientras Julián agarraba mis muletas, cuando estaba lista, las agarré y fui sola, pedí permiso y caminé hasta los baños, Hanna quería acompañarme pero preferí que me guardará mi puesto y terminó aceptando, yéndose con Julián y Jesús.

- Bueno chicos ya saben, nos vemos la otra semana y Hera – me miró la profesora y levanté la mirada – me alegra tenerte de nuevo aquí – sonreí asintiendo –
- Gracias profesora – dije suavemente y sonrió para agarrar su maletín e irse –
- Le gustas – dijo Hanna y negué riendo –
- Estás mal de verdad – dije y Julián se acercó –
- Muere por ti – dijo ahora él y vire los ojos –
- Otro más – Jesús llega sonriendo apunto de hablar – ni lo repitas – frunce el ceño –
- Le dijimos que muere por ella – Jesús asiente y se ríe –
- Es verdad – dijo Jesús – la conocemos tanto para decir eso – dijo y negué –
- Basta – dije y cuando alcé la mirada estaba Michelle cruzada de brazos en el escritorio viéndonos fijamente –
- ¿Ya dejaron de hablar sobre los amores de la señorita Mitch? – preguntó muy seria y los chicos corrieron a su puesto –
- Disculpe profesora – dije y ella se dio la espalda –