XXXVI.

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Hera Mitch

- Gracias Regina por traerme – dije quitándome el cinturón de seguridad –
- ¿Eso fue una despedida? – preguntó y sonreí –
- Que directa – ella asintió – mi plan era irme después de la final y ayer fue la final
- Pero ¿Y la graduación? – preguntó en shock –
- Eso no me importa, cuando no podré acercarme a ella para nada – respondo triste y frustrada – Regina pero si necesito algo – dije y me miró atenta –
- ¿Qué es? – preguntó y suspiré –
- Ya vengo – dije y asintió –

Me bajé del coche y caminé hasta la entrada, toqué un par de veces y mamá Lana me abrió, la saludé y le dije que había estado con Michelle, se calmó pero igual me regañó, subí hasta la habitación y en mi escritorio agarré la carta que necesito darle a ella, la miré unos segundos y se me hizo un nudo en la garganta, me mordí el labio y volví a salir de la habitación, bajé y caminé hasta la puerta, salí para volver al coche de Regina, quién al notarme dejó de escribir en su celular y sonrió de lado.

- Dale esto cuando nazca su bebé, deja que pase su embarazo para que no sufra en el proceso ¿si? – pedí y Regina miraba la portada del sobre –
- Esta bien – susurró –
- ¿Puedo pedirte un favor a ti o que le digas a Fernando? – ella me miró y asintió – Cuiden de Michelle, Alondra no creo que haya cambiado y avísenme cuando nazca su bebé por favor, pídanle en un mes mi número a mamá Lana – dije, Regina bajó la mirada y volvió a verme –
- Claro que sí Hera ¿Puedo darte un abrazo? – preguntó y me reí para abrazarla –

Unos minutos después nos alejamos y nos despedimos para por fin bajarme del coche y la vi partir, suspiré suavemente y entré a casa, ya todo estaba listo, llamé a Julián quién me dijo que llegarían en veinte minutos, me da chance de arreglarme. Veinte minutos después, estoy lista y bajo cuando el claxon del coche de Julián sonó, me despedí de mamá Lana quién hoy no fue a trabajar y agarré mis llaves para irme.

- Hey – dije y Julián me abrazó –
- Mi amor – dijo Julián –
- Hola hermosa – saluda Hanna y le lancé un beso –
- Preciosa – dijo Jesús y le guiñé un ojo –

Subimos al coche y fuimos a comer a un restaurante, quince minutos después llegamos a uno italiano, nos bajamos y entramos para pedir una mesa para cuatro personas, el recepcionista nos guió y le agradecimos, luego llegó un mesero con cuatro cartas y hablando pedimos nuestras comidas.

- ¿Qué pasa Hera que estás como achicopalada? – preguntó Julián –
- Gracias – dijimos al unísono a lo que el mesero llegó con nuestras comidas –
- Anoche estuve con Michelle y no tuve el valor de decirle que me voy esta noche – dije y sentí la mano de mi amigo Jesús en mi hombro –
- Lo sentimos tanto – dijo Hanna y asentí –
- ¿Te despediste? – preguntó Jesús e hice una mueca –
- Algo así, pero no como tal, o sea, no con todas sus letras – todos asintieron y fue cuando alcé la mirada que las vi – además no creo que lo necesite – hice una mueca con la boca y voltearon a ver –
- Fuck – dijo Julián y suspiré – tantos restaurantes y aquí estamos – dijo y me reí de lo irónico que suena –

Ella en un segundo volteó y nuestras miradas conectaron quitándole su hermosa sonrisa, volteé a ver a Julián quién me hace reír para no llorar y así pasamos el rato, logré convencerlos de pagar por lo de “Mi despedida". Salimos del restaurante y volvimos a mi casa donde pasamos un buen día hablando y riendo, mientras mamá Lana terminaba de arreglar un par de cosas y esperar a Judith quién realmente no me interesa ver y así cayó la noche.

- ¿Nos vamos? – preguntó mamá y asentí –
- ¿Se van? – pregunté y ya están llorando los chicos, niegan y me abrazaron –
- Vamos con ustedes – chilló Julián y asentí –
- Nos vemos en el aeropuerto – dijo Jesús y asentí –
- Llegué – dijo Judith y bufé –
- Vámonos – dije ignorándola –

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