INSTINTOS

XXV.

Judith Mitch

Flashback

- ¿Cómo que Hera se fue? – grité molesta –
- ¿Hera se fue? – preguntó Catalina triste –
- Ven aquí – la abracé y vi como Lana se fue agotada –

Me alejé unos centímetros y algo pasaba en mí cada vez que esos ojos bonitos me miraban atentamente, le pasé un mechón detrás de la oreja y unas inmensas ganas de besarla aparecieron en mí, sólo que un carraspeo nos hizo alejarnos de golpe.

- Todo estará bien Marín – dijo Michelle con una mirada burlona –
- Seguro señora Rojas – dijo Cata con la mirada pérdida –
- Señora Ashton – dije y vire los ojos –
- Cierto, disculpe – Michelle suspiró y Catalina sonreía, yo fruncí el ceño – mejor me voy – dijo y algo dentro de mí no quiere dejar que se vaya –
- Te acompaño – dije y volteó a verme asintiendo –

Fui detrás de Catalina y sus caderas me embelesan, cuando llegamos a la entrada abrió y salí de mi trance, la acompañé hasta el coche y se giró a verme, subí la mirada a sus ojos, sonreí apenada y me abrazó fuerte, quería protegerla de mi propia hija, mi corazón late rápidamente y mi respiración se detiene mientras la tengo en mis brazos, se aleja y meto mis manos en mis bolsillos.

- Gracias señora bonita – dijo sonriendo de lado y sentí como mis mejillas ardían – que hermosa se ve sonrojada – susurra acariciando mi mejilla derecha y carraspee –
- Cuidado por ahí cariño – dije y asintió –

Se acercó lentamente y me dio un beso de media luna, me quedé paralizada y sólo reaccioné cuando oí su coche, cuando volteé a ver ya estaba saliendo de mi campo de visión, suspiré suavemente para entrar nuevamente a casa, debía dejar de sentirme así, es la novia de mi hija.

Final flashback

El timbre suena y sonrío al abrir la puerta y verla, se lanza a mis brazos para darme un tierno beso, pero a los segundos se vuelve más fiero, nos separamos por falta de oxígeno y detallo cada línea de su rostro, hermoso y fino, le doy otro beso y enreda sus brazos en mi cuello, la alzo y enreda sus piernas en mis caderas, camino lentamente hasta llegar a las escaleras y subo hasta mi habitación, abro y cierro la puerta con su espalda haciendo que salga un gemido de ella, lo cual me prende aún más.

Después que Hera y Catalina terminaron, algo me invitó a pecar y después de un café, unos tragos, hacerlo toda una noche y ahora estamos aquí apunto de hacerlo en mi habitación, quisiera pensar pero sus besos, su cuerpo y sus ojos no me dejan pensar, aunque quisiera.

Me quita la ropa rápidamente y le quito la ropa al igual, me alejo un poco para admirarla y sonríe mientras me atrae nuevamente a un beso feroz, bajo con besos y mordiscos por su cuello, hombro, clavícula y metí el primer seno a mi boca, sus gemidos eran suaves, enreda sus manos a mi cabello, como no queriendo que me aleje y claro que no lo haría. Jugué un rato con sus senos hasta bajar con besos por su plano abdomen, llegué al vientre bajo y alcé la mirada.

Se mordía el labio mientras me miraba y sonreí perversa, pasé mi lengua mientras se volvió a acostar y chilló diciendo mi nombre, lo cual me dio más ganas de seguir jugando entre sus piernas, subía al clítoris haciendo que gritará más y bajaba para succionar, entrar, salir y morder, hasta que se corrió en mi boca gritando mi nombre, subí con besos y sonreí al llegar a su boca, Catalina respiraba profundo para normalizar la respiración, suspiré y le di un beso en la nariz.

Quería decirle que me gusta, pero me daba miedo, sé que quizá estos acostones son por despechos, ya que mi hija la dejó, pero desde la primera vez que vi a Catalina algo me gustó de ella y ahora sé que es todo. Delineaba su rostro mientras tenía los ojos cerrados, suspiraba y se mordía el labio inferior, sonreí y le di un casto beso, abrió los ojos y aquel verde claro que me fascinaba estaba oscuro mientras sus pupilas se dilataron, me dio la vuelta y me reí.