XXXV.

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Michelle Rojas

Los días pasaban volando, después de todo ganamos los cuartos y llegamos a semifinal, ahora estamos a treinta minutos de comenzar la final, estoy nerviosa porque todo ha ido pasando tan rápido y yo como la directora no he podido tomarme el tiempo de descansar, ya estamos a días de navidad, luego fin de año y finalmente viene la graduación de mis chicos, que tan feliz y amargamente los vi crecer en todos estos años, pero sobre todo ella se va a ir, luego de lo de su madre menos quiere estar aquí, me quedé viendo a la nada recordando aquel día que me contó.

Flashback

- ¿Qué te sucede Hera? Tienes a todos preocupados – dije viendo su aspecto rebelde –
- ¿Quiénes? – preguntó rebelde –
- Tus madres, tus amigos, yo – susurré triste –
- ¿Mis madres? – pregunta y se ríe mientras sus ojos se oscurecen dándome miedo – mi madre es culpable de este maldito cambio – susurró tensa –
- Hera – susurré y corrí a abrazarla pero hizo fuerza para alejarme, metí presión –
- No, yo no quiero que me tengas lástima – dijo molesta con aquella peculiar voz que me encanta pero hoy esta quebrada –
- Yo no te tengo lástima Hera – agarré sus mejillas para que me viera a la cara – Yo no quiero que sufras

La abracé fuertemente y sus muros cayeron, caímos al suelo mientras ella está llorando en mis brazos, no sabía exactamente qué sucede pero Hera siente tanto dolor que la transformó, suspiré y acariciaba su cabello hasta que se calmó y nos quedamos en silencio, no era incómodo, es más tranquilo.

- Vi a Judith quizá con una de sus enfermeras – susurró y volvió a quebrarse su voz – el día que te visité con Lana, mamá Lana estaba en esa clínica – volvió a llorar amargamente –
- Mierda – susurré y asintió –
- Ella no se merece a Lana pero aquí estamos, ellas “felices" y yo con terror de arruinar mi familia – dijo con rabia –
- Hey – le subí la mirada, sus ojos azules pero hinchados y rojos me matan – tú no arruinaste nada, lo hizo Judith por infiel – dije firmé –
- Como lo eres tú – dijo mirando a la nada y le di un beso en la frente para abrazarla –
- Ella tiene una mujer maravillosa Hera – dije y Hera se aferró como un niño necesitando a su madre –

Final flashback

Reaccioné y limpié mis mejillas por un par de lágrimas, a los días mi Hera Mitch rebelde pero tranquila, volvió a ser la misma, sonreía aliviada de verla de vuelta, junto a sus amigos, su mamá Lana y bueno conmigo.

La gente aplaudía feliz al ver ambos equipos salir de cada lado, los equipos se saludaron y allí la vi, con el uniforme del equipo, una cola alta y una sonrisa que enamora a quién sea, aplaudía dándole ánimos a las chicas, saludó a los árbitros al igual que la capitana del equipo contrario, mientras la gente gritaba por ambos colegios.

- Vamos chicas – grité aplaudiendo –
- ¿Michelle? – dijeron a mi lado y volteé para sonreí anchamente –
- Lorena – chillé y la abracé fuerte – años sin verte – dije y se reía –
- Como cinco años nada más, lo que llevo separada de tu hermano – asentí –
- ¿Qué haces aquí? – pregunté y el silbato me hizo girar a ver el partido –
- Jesús me invitó a venir, aparte me gusta la capitana – giré a verla y me paralicé –
- ¿Perdona? ¿Cuál capitana? – pregunté con voz ronca y carraspee –
- La de tu colegio, ella – dijo señalando a quién llevaba la pelota que es Hera –
- ¿De dónde la conoces? – pregunté viendo a Hera llegar a la portería contraria –
- Jesús me la presentó una tarde, de hecho cuando llegué a casa nuevamente y desde allí me gusta, hemos salido un par de veces – me tensé – pero no hemos pasado de besos la verdad – dijo frustrada y miré más a Hera –
- Entiendo – dije suavemente –

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