INSTINTOS

XXIX.

Hera Mitch

Los rayos de sol me pegaban fijamente a mí, me giré removiéndome pero seguía el malestar del sol, abrí los ojos y sonreí al tenerla a mi lado, es una de esas cosas que pocas veces han ocurrido y estoy tan feliz de que esté sucediendo ahora mismo, veo un par de arañazos en su espalda y me muerdo el labio para no sentirme avergonzada, recordando la noche de ayer y el día en general, suspiro pesadamente pero me asusto cuando suena el celular de Michelle.

Me levantó mientras Michelle se remueve y sonrío a lo que abre los ojos, vuelve a sonar el celular y lo ve, su rostro se torna pálido, alza la mirada y niego para salir a la cocina, sabía quién era y no quería hacer presencia de esa conversación, al llegar a la cocina me tomé un vaso de agua para luego buscar que hacer de desayuno.

Unos cuarenta minutos después estaba listo el café, pan, huevos, tocinetas, jugo de naranja y fue cuando apareció en la cocina ya lista y sonriendo, me detuve a mirarla lentamente de abajo a arriba y definitivamente es la mujer más hermosa de esté planeta, me acerco a buscar un par de platos y sirvo mientras la oigo reír, sabía que se burlaba de mí pero decidí hacerme la que no sabe, un rato después de desayunar me fui a bañar y me arreglé con el uniforme que tenía, de igual modo debía ir a casa primero para cambiarme, diferente a Michelle que tenía prendas nuevas y de dejarme en casa iba al colegio.

- Me encantas con el uniforme – susurró pegándome a ella y colocando sus manos en mi trasero –
- Y a mí con tus vestidos que tanto imponen – se ríe y le doy un corto beso –
- Es hora de volver – susurró en medio del beso y me quejé –
- Otra vez la realidad – me apoyé de su hombro y asintió mientras acariciaba mi cabello –
- La realidad – susurró con voz pensativa y suspiré –

- Bueno hemos llegado – avisa Michelle estacionándose y suspiré quitándome el cinturón –
- Gracias – susurré –
- ¿Por qué? – preguntó y ni yo sabía porqué –
- Por el día de ayer – confieso y sonrió para darme un beso –
- Cuando quieras nos escapamos – susurró en medio del beso – Ou, tu mamá – dijo y volteé a ver a Judith sonriente con Lana y suspiré –
- Ahora no quiero bajar – dije y se reía –
- Espera que se vaya Judith – dijo y asentí –

Esperamos la despedida de mis madres y sentí nostalgia, ya no veía igual a mi madre después de todo pero seguía siendo mi madre, mamá Lana no merece ese engaño, esa hipocresía.

- ¿No le dirás la verdad? – preguntó Michelle y volteé a verla –
- No quiero arruinar mi familia – respondo viendo a mis madres –
- Lo arruinó Judith – sentía un nudo en la garganta y recordé mis 17 años a su lado creyendo una fantasía de vida –
- Lo pensaré – dije y bajé despidiéndome después de que se fue mi madre –

Me acerqué a mamá Lana quién se sorprendió y cuando alzó la mirada saludó con la mano, giré a ver y sonreí al ver que Michelle seguía aquí, suspiré y mamá Lana se acercó a hablar con mi directora y amante, entré a casa y subí a mi habitación para cambiarme rápidamente, como estamos a finales podía ir como quisiera y decidí un pantalón alto negro, un top manga larga con capucha azul, unos vans negros, estaba lista diez minutos después.

Arreglé mi bolso de hoy y estaba lista, ya que tenía juego más tarde, bajé unos veinte minutos después y oí risas en la sala, cuando me acerqué están Michelle y mamá hablando, fruncí el ceño y Michelle me sonreía anchamente.

- Que bueno que bajaste mi amor – dijo mi mamá abrazándome – te lleva Michelle, ahora voy al partido con tu madre – suspiré y acepté sonriendo de lado –
- Bueno vamos, se me hace tarde a la primera hora – dije y oí la risa de Michelle, giré a verla –
- Mejor vamos, que tu profesora te va a llevar – dijo y se acercó a mamá –