XV.

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Michelle Rojas

Flashback

- Michelle ¿Qué son esos rasguños en la espalda? – me giré y sonreí de lado –
- Ni idea Alondra – tragué saliva y mi esposa frunció el ceño –
- ¿Segura? – se levantó y se acercó a mi espalda – parecen recientes – dijo lentamente tocando mi espalda y gruñí para alejarme de ella –
- No sé Alondra, ya te dije – me alejé y me puse la camisa de la pijama para salir de la habitación –

Apoyé mi cuerpo y cabeza de la puerta y respiré hondo mientras recordaba el porqué de esas marcas, sonreí y cerré los ojos fuertemente.

- Hera – susurré lentamente –

Final flashback

La semana iba pasando y mi felicidad no se iba, ni siquiera porque Alondra ahora llegaba tarde e intentaba pelear conmigo todos los días, la ignoraba y me iba. Sólo quería llegar aquí y verla así sea de casualidad, o ir a la cancha a las 2 de la tarde para verla entrenar, empezaba a ser mi pasatiempo favorito, verla entrenar.

- ¿Puedo? – alcé la mirada y asentí –
- Hola Lana – saludé sonriendo de lado –
- ¿Cómo estás? – preguntó y asentí –
- Muy bien y ¿tú? – le hice señas para que se sentará – ¿café? – pregunté y sonrió –
-  Espresso, por favor – sonreí y me acordé de Hera –
- Voy – me levanté y fui hasta Catrina para pedirle dos cafés, volví para hablar con ella –

Me senté frente a Lana y ella miraba la oficina con tanta parsimonia, mientras sonreía suavemente y logré detallarla mejor, su piel blanca, su cabello negro color azabache, sus ojos verdes brillando, iba con un jean alto y una camisa blanca sencilla más una chamarra negra, no pareciera que tiene una hija de 17 años y aparte que su esposa me coquetea, tiene un aura tan tranquilo.

- ¿Mi esposa ha venido a coquetearte? – preguntó y me quedé como piedra –
- ¿Qué? – fue lo único que salió de mí y ella se reía –
- Eso es un sí – suspiró y se echó para atrás – te diría que no lo hagas por mi familia, pero a quién le debe interesar eso es a Judith Mitch – su rostro se torno serio y sus ojos verdes se oscurecieron – pero si le haces daño a mi hija si te la vas a ver conmigo Michelle Rojas – tragué saliva –
- Yo jamás le haría daño a Hera – dije mirando a la nada –
- Eso espero Michelle – se levantó y volteó la mirada – espero termine de tener un lindo día – se arregló la chamarra y me sonrió de lado – Y por favor, dejé de dejarle marcas a mi hija, que ya parece que esta con una bestia y no con una dama – me sonroje y bajé la mirada asintiendo –
- Hasta luego señora Mitch – me despido levantándome para verla a la cara –
- Hasta luego señora Ashton – se despide sarcástica y me reí negando para verla irse –

Suspiré pesadamente y no sabía que tenía la respiración retenida hasta que me senté de golpe. Terminé de revisar unos exámenes, fui a un par de clases y ya eran las 2 de la tarde, hoy era otro día de entrenamiento, sonreí como muchacha enamorada del capitán del equipo, me arreglé la falda lápiz y el cabello me lo solté, para salir de la dirección y ver que Catrina ya se había marchado, caminé lentamente mientras el repique de mis tacones me daba tanta paz, todos se estaban yendo o la mayoría de los alumnos.

Llegué a las gradas y me senté en una de las del medio, y allí la vi, estaba hablando con Hanna mientras esperaban a Teresa, una pelirroja se acercó a ellas y entrecerré los ojos para recordar quién era y respire hondo.

- Sofía Castro – susurro y tensé la mandíbula –
- ¿Qué pasa con mi alumna? – no le quitaba la mirada a las tres pero si sabía que Teresa estaba a mi lado –
- Nada, siempre me sorprende sus cambios de looks – respondo calmada –
- Se lo hizo hace una semana – asentí lentamente – Michelle acepta salir conmigo, por favor – cerré los ojos y suspiré –
- Estoy casada Teresa, si no va mi esposa, entonces no – la pelinegra bufó y bajó hasta la cancha –

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