XVI.

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Hera Mitch

- Michelle – susurré impactada después de oír todo lo que pasó –

La puerta me sacó de mis pensamientos y me levanté lentamente, suspiré pesadamente y caminé rodeando el sofá para sentarme lentamente, esa… ella, no puede ser, Michelle no parece mujer de dejarse por nadie y Alondra, mi rostro se puso más serio pero mi celular me sacó de mis pensamientos, era mamá Lana avisando que llegó y agarré mis cosas, salí lentamente y con precaución.

Caminé el pasillo de Arcadia lentamente, todo estaba solo y abandonado, miré las puertas de los pasillos hasta que llegué a la entrada y el sol me hizo fruncir el ceño unos segundos, miré el coche de mamá y caminé hasta el, me subí y saludé a mamá para colocar mis cosas atrás y colocarme el cinturón. Apoyé mi cabeza en la ventana y fui pensando hasta que “One and Only" sonó en la radio haciendo que un par de lágrimas rodarán por mis mejillas.

- ¿Estás bien? – preguntó mi mamá poniendo su mano en mi pierna y asentí –
- Sí, estoy bien – susurré y ella siguió manejando en silencio –

Silencio, eso es lo que necesito para pensar, ¿Cómo Michelle lo permite? ¿Por qué lo deja? No entiendo nada, pero sólo sé una cosa, no puedo permitir que ella siga viviendo esto, no puede ser posible. Mamá avisó que llegamos y sonreí de lado al verla, me quité el cinturón y agarré mi bolso para salir del coche, caminamos en silencio hasta la entrada, mamá tenía su brazo en mis hombros, cuando llegamos a la puerta la abrió y unas risas se escuchaban en la sala principal, fruncí el ceño y miré a mamá quién no entendía tampoco.

Cuando llegamos a la sala, sonreí de lado e incómoda, miré a mamá Lana quién tampoco entendía y volví la mirada hacía las dos personas que estaban en mi sala hablando, la castaña sonreía y sus ojos brillaban, se acercó a mí y me saludó, para luego estrechar su mano con mi mamá y presentarse.

- Bienvenida a casa Catalina – dijo mamá Lana y sonreí sin entender nada –
- Disculpen, voy a llevar mis cosas a mi cuarto – dije y mi madre Judith habló –
- Pero ve con Cata y están a solas – volteé a verla seria y negué –
- Espérame aquí Catalina – dije y ella asintió sonriendo –

Subí rápidamente las escaleras y fui a mi habitación, me encerré y cayó el bolso al suelo, suspiré pesadamente y me apoyé de la puerta del cuarto, para caer lentamente al suelo, cerré los ojos y aquella pelea volvió a mi mente de nuevo, abrí los ojos y busqué mi celular, la llamé varias veces pero jamás respondió, maldecí que no me respondiera, incluso había apagado el celular y me rendí, hablaré con ella en otro momento, me levanté por fin y dejé el celular en la cama.

- Necesito saber que estás bien Michelle – susurré frustrada –

Caminé hasta el baño y me lavé la cara, respire hondo mientras me veía al espejo y negué lentamente, mi nombre se escuchó desde abajo y recordé que debía bajar, bajé los hombros rendida, para salir del baño y del cuarto, bajé a la sala y mamá se despidió de nosotras, le sonreí suavemente a Catalina quién estaba sentada en uno de los sofás y me senté en un sillón.

- ¿Qué haces aquí? – pregunté sin entender – ¿Cómo sabes dónde vivo? – pregunté más seria –
- Julián me dio tu dirección – asentí y por dentro anotaba matar a Julián – quería verte – dijo sonriendo sonrojada –
- ¿Qué necesitas? – pregunté más tranquila –
- Decirte algo importante – respondió y asentí –
- ¿No podía esperar a después? – pregunté y negó –
- Me gustas Hera y quería pedirte una oportunidad para salir – confesó seria y no sabía como reaccionar –
- Yo… Yo creo que podríamos intentar algo – dije y se levantó para levantarme y abrazarme –
- Nos vemos mañana – me dio un beso en la mejilla y tragué saliva –
- Mañana – susurré –

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