XLIX.

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Hera Mitch

1 mes después…

Diciembre otra vez esta de vuelta, no entiendo como el año pasó de rápido, pero aquí estamos, suspiro pesadamente y me siento nuevamente en mi cama mientras el sol entra por el balcón, miro a mi lado y sonrío al ver a Stef dormir, me levanto suavemente y el timbre suena, me pongo una sudadera y un short, miro una última vez a mi novia y salgo de mi habitación.

- Voy – grito y camino hasta la puerta –
- Hija – dice mamá triste y me da un beso en la sien para entrar –
- ¿Pasa algo madre? – ella suspira y asiente –
- No estoy preparada – susurró y buscó algo en su cartera –

Unos segundos después saca de aquella cartera marrona un sobre blanco, frunzo el ceño y agarro suavemente el sobre, lo volteo y miro sorprendida aquellas letras, alzo la mirada y mi madre tiene la mirada pérdida mientras su nariz se pone roja, suspiro y susurro aquello que no sale de mi mente desde que me llamó mi mamá Lana “Boda de Lana y Diana".

- Lo siento madre – susurro y ella asiente –
- Es en un mes, Lana me llamó diciendo que quiere conocer a Stefani, por ello tiene tres invitados la invitación – dijo y se levantó para mirar detrás de mí y sonreír – Hola flaca – saluda y volteé a ver para sonreír –
- Hola suegra – saluda mi novia y se acercó para darme un beso en la cabeza –
- Hola amor – saludo y me guiñó un ojo para dejarme sola nuevamente con mamá –
- ¿Estarás preparada? – preguntó y suspiré –
- Estoy feliz con Stefani, si estoy preparada – respondo aunque no estoy del todo segura –
- Entonces en un mes volvemos a México por unos días – asentí lentamente – hasta luego hija – se despide y me dio un beso en la cabeza –
- Me quedo contigo este fin y no acepto un no por respuesta – dije mirándola y ella se ríe para irse –

Me quedo pensando en toda la situación y no entiendo, tantas mujeres en ciudad de México y ella tiene que enamorarse de la hermana de la mujer que busco olvidar, cierro los ojos fuertemente cuando huelo aquel exquisito olor a café, sonrío y abro los ojos para levantarme y caminar hasta la cocina, me apoyo del umbral de esta mientras me cruzo de brazos y sonrío al ver a mi novia bailando y cantando mientras cocina.

Cuando se voltea y me ve se asusta, me rio para acercarme a ella y darle un casto beso, unos segundos después el beso se intensifica mientras nuestras lenguas hacen el amor y un gemido sale desde el fondo de su garganta, unos minutos después nos alejamos por falta de respiración y sonrío enamorada, abro los ojos y sus ojos brillando me embelesan.

Me enamoré de Stefani, sin saber cuándo, sin saber cómo, sin saber desde dónde, sólo ocurrió y estoy tan feliz, sonrío anchamente y le doy un beso en la frente mientras agarro con mis manos sus mejillas, me acerco a la cocina y sirvo dos cafés más el desayuno y nos sentamos en silencio, sus pensamientos no sé cuales son pero lo que soy yo, la admiro detalladamente, su piel blanca, su cabello rubio, su lunar cerca del labio inferior, sus ojos marrones, el hoyuelo en su barbilla, su rostro perfilado, es perfecta.

- ¿Para que debes estar preparada? – pregunta suavemente y me quedo paralizada –
- En un mes es la boda de mi mamá Lana – me quedó en silencio viendo hacia la cocina – con la hermana de Michelle – susurré finalmente y la oí suspirar –
- ¿Sigues amándola? – preguntó y fruncí el ceño, ¿sigo amándola? –
- No, ya no la amo – mentí y volteé a ver a Stef –

Me mira unos segundos, como buscando algo en mi mirada y luego se acerca a darme un casto beso, no entendí al principio pero luego se levantó y sonrió para decirme que se iba a duchar, no sé realmente que piensa pero no puedo dejarla así. Me levanté y caminé hasta la habitación, escucho la regadera y me acerco para abrir la puerta y verla mirando a la nada, me acerco y le doy un casto beso.

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