María y Gemma despertaron juntas en la misma cama...
-Eyyy ¿Cómo estás guapa? - susurraba Gemma.
- Mal... Quiero hablar con Tom...- María lloraba.
- Tranquila, seguro que hay tiempo de todo. Hay que dar margen a reflexionar y contextualizar.
Gemma abrazó a María pues su cara pedía a gritos cariño. Ella se sentía reconfortada, a veces, en ciertas situaciones las palabras sobran.
- Maruchi, vámonos a desayunar fuera. Y nos damos un paseo por el retiro. ¿Vale?
María asentía sin hablar y acto seguido miró su móvil con la esperanza de tener algún mensaje de Tom, pero nada, parecía que se lo había tragado la tierra.
Llamó a la madre de Martín para determinar cuándo iría a por los niños. Finalmente al lunes ser festivo, Ana, pidió permiso para quedarse con los niños otra noche más, pues Martín era un niño que sufría de autismo y la compañía de los hermanos Alonso y Gonzalo era muy beneficioso para él.
María no puso problema, vio el cielo abierto, ella estaba muy angustiada por lo que había sucedido por tanto un margen le vendría bien.
Fueron a Alexandra Café lugar favorito de la pareja de amigas para sus desayunos y confesiones.
- Entonces hoy estás libre... ¿Qué vas a hacer?
- Pues en cuanto terminemos voy a ir a casa de Tom, no aguanto ésta angustia, necesito aclarar esto.
- Si quieres te llevo.
- Vale, gracias Gemma, te quiero mucho.
Estuvieron un buen rato saboreando el café de aquel lugar mientras María intentaba no pensar en su debilidad.
- María son las 12, venga, te dejo en Chueca.
- Gracias guapa, vamos.
Montaron en el coche, ella iba en silencio pensando en qué le diría o cómo lo encontraría.
Llegaron a casa de Tom...
-Gemma, las ventanas están bajadas...
- Venga, baja y prueba, te espero aquí.
María tocó el timbre de Tom pero allí no contestaba nadie, se puso muy nerviosa y decidió llamarlo al móvil, pero estaba apagado.
Comenzó a llorar y se montó en el coche, Gemma, a casa por favor.
El camino fue completamente en silencio, sólo se escuchaba a María llorar, Gemma la miraba y era incapaz de decir nada.
María no quiso comer nada y se acostó, Gemma, preocupada no quiso marcharse y se quedó en casa con ella. Mientras María descansaba ella limpió la cocina y recogió un poco la casa en general, en definitiva, ser madre en solitario era complicado y agotador.
ESTÁS LEYENDO
ENTRE CLASE Y CLASE / TOM HIDDLESTON /LOKI LAUFEYSON
Fiksi PenggemarMaría, después de un matrimonio fallido y con dos hijos a cuestas consigue el trabajo de su vida como responsable de biblioteca en una prestigiosa Universidad de Madrid. Allí conocerá a un Tom Hiddleston enamorado de la Literatura Inglesa mientras h...