María, después de un matrimonio fallido y con dos hijos a cuestas consigue el trabajo de su vida como responsable de biblioteca en una prestigiosa Universidad de Madrid. Allí conocerá a un Tom Hiddleston enamorado de la Literatura Inglesa mientras h...
Los días pasaban, la relación entre Tom y María avanzaba, lentamente pero estaban juntos, María no quiso meter a Tom en la familia y mucho menos en relación con sus hijos, pues, ellos sabían perfectamente quien era Loki y no quería problemas ya que todo parecía fluir.
De Loki nada sabía, de vez en cuando aquellas rosas de asgard brillaban más de la cuenta, de vez en cuando hablaba con ellas pensando que tal vez Loki la estaba escuchando o que simplemente pudiera llegarle su energía.
Tom estaba muy ocupado, las clases en la Universidad eran intensas y entre clase y clase el despacho de Tom era testigo de los tórridos encuentro entre él y María, ya que ella se había incorporado a trabajar.
- Preciosa, si sigues haciendo eso no respondo de mis actos.- decía Tom a María mientras ella pasaba su lengua por el cuello del británico.
- Profesor Hiddleston, me prometió usted una revisión a fondo del examen de Literatura Inglesa.- María con su falda ejecutiva comenzaba a intimidar a Tom.
- María... no podemos hacer esto, algún día nos pillarán, sabrán que tenemos una relación y será perjudicial para ti y para mi.- Dijo Tom algo serio.
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- Disculpe profesor Hiddleston, no recuerdo en qué momento se convirtió en aburrido y cascarrabias... Desde que está con los viajes y ensayos de Betrayal no hay quien le reconozca...- María dignamente se colocó la falda y se dispuso a salir de aquel despacho, pero Tom la sujetó firmemente por la muñeca obligándola a retroceder.
- Repite eso.- su voz era grave.
- Viejo y Cascarrabias.- María apretaba dientes.
Sin esperarlo Tom la tomó de la cintura, encajandola violentamente entre su cuerpo y una de las paredes, apretó su abultado miembro contra su pubis por encima de la falda a lo que María respondió con un jadeo.
- ¿Esto es lo que te gusta María?
- Sí, es lo que deseo.- María se derretía con cada dedo que Tom pasaba por su erizada piel.
- Muy bien, ahora no te pongas a llorar.- amenazó Tom.
Tom pasó su lengua por el escote de María, tomó ambos laterales de su camisa y de un movimiento reventó la abertura de la misma dejando sus pechos expuestos... - Ohhh yes- atinó a decir el británico. Hundió su cara en ellos mientras dejaba un rastro de violentos bocados, los gemidos de María salían con ganas demandando mucho más.
- Shhhhh, no grites o te van a oír preciosa.
Tom la elevó ayudándose de un pequeño aparador y le rompió las medias sin dejarla reaccionar.
- ¡¡Ahhh! ¡Tommm! ¿Ahora que me voy a poner?
- Es tu problema no es mío.- La tomó del mentón y la besó con fuerza pasional, como si aquella fuera la última vez que fueran a estar juntos, Tom parecía enrabietado y desesperado.
