María, después de un matrimonio fallido y con dos hijos a cuestas consigue el trabajo de su vida como responsable de biblioteca en una prestigiosa Universidad de Madrid. Allí conocerá a un Tom Hiddleston enamorado de la Literatura Inglesa mientras h...
El martes terminó muy intenso, María no sabía cómo ir encajando los acontecimientos y para evitar crisis de ansiedad se apuntó al gimnasio que tenía cerca de casa, eso evitaría ir a urgencias de salud mental.
Su actividad favorita era body combat, cuando entraba a la clase se sentía poderosa, descargaba adrenalina y podía sentir energía renovada. Sólo quedaba un día para su revisión y primera cita con la Dra. Zafrilla, estaba bastante nerviosa pues no sabía de qué trataría la terapia.
De camino a casa María sintió que alguien le perseguía, ella miraba por todos lados pero no veía a nadie... Asustada siguió a paso rápido hasta llegar al portal de casa, dónde volvió a mirar alrededor y entró cerrando la puerta rápidamente.
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María se duchó, preparó la comida para los niños y como siempre esperó a que Patricia viniera con ellos.
- Hola hermana, ¿como estás?
- Hola preciosa, bien, ésta mañana he ido al gym y me sienta fenomenal.
- ¡¡Qué bien!!-. Sonreía Patri.
- Oye Patri, el viernes tengo todas las revisiones. ¿Puedes encargarte tú de ellos?
- La duda ofende hermana...- Patri le tiró un cojín del sillón.
- Gracias pitufa, no sé qué haría sin tí.- Patri se sonrojó.- Mañana he pedido cita en la peluquería y en la estética me apetece ser mimada un poquitín.- decía con gestos coquetos.
- Mira qué bien... Maruchi pensando en ella.- decía Patri mientras le guiñaba el ojo.
Patri se marchó pues por las tardes trabajaba en un taller de automoción para poder pagarse sus estudios.
JUEVES
La mañana amaneció soleada, como día día María despertó a los niños y se dispusieron a desayunar... Los tres hablaban sobre el día que tenían planificado cuando sonó el timbre de casa. Ella se levantó extrañada pues aún era pronto para que Patri viniera.
Abrió la puerta y allí no había nadie, pero en el felpudo se encontraba la rosa blanca más bella y delicada que jamás alguien hubiera visto.
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