A pesar de los obstáculos finalmente logró llegar al cementerio, dejó las flores y encendió un incienso para finalmente arrodillarse frente a la tumba de los Shirakumo. Estuvo hablando un buen rato, a veces, incluso lanzaba preguntas al aire aún sabiendo que no recibiría respuesta. —Mamá... la srta.Suzuki me recomendó al director de U.A., parece que lo conoce personalmente. Siempre fue mi sueño. ¿Recuerdas cuando jugábamos a héroes y villanos? Papá se inventaba nombres de villanos ridículos y Aki y yo usábamos las sábanas como capas para ir a rescatarte. — una risa algo nostálgica salió de su boca al recordar aquellos momentos. —Pero... — Un nudo en la garganta le impedía hablar. —¿De qué sirvió si al final no pude salvarte? Después de ese día decidí dejar ese sueño — dijo, algo arrepentida de su decisión. —pero hoy, al ver a ese chico y a All Might de cerca... yo también quise pelear, yo también quería que la gente sonriera al verme, yo también quería ser esa luz... —las lágrimas comenzaban a nublarle la visión pero siguió hablando —¿Una cobarde como yo puede ser como él? Mamá... ¿Crees que yo también puedo ser un héroe?
Necesitaba respuestas y necesitaba a su madre más que nunca, ese silencio la estaba matando. Sabía que no iba a responder, pero aún así necesitaba que le dijera que no era una cobarde, que era capaz de convertirse en una heroína, que su muerte no fue culpa suya, que todo iba a estar bien...
•••
Llegó a casa algo decaída. Abrió la puerta sin hacer ruido, su padre trabajaba hasta tarde por lo que no la molestaría pero su hermano ya debía haber vuelto del club y en esos momentos no estaba de humor pero su sigilo fue claramente inútil.
— ¡Onee-chan! — Akihiro fue corriendo a saludar a su hermana quien le dedicó una sonrisa forzada. —¿Me ayudas con los deberes de matemáticas? — prosiguió casi suplicándole. Se sentaron los dos en la mesa de la cocina cada uno con sus deberes. Kata tenía muchos trabajos esa semana por lo que solo podía responder sus dudas. Después de media hora Kata se dió cuenta de que su hermano no necesitaba su ayuda en lo más mínimo y dejó el bolígrafo sobre la mesa.
—¿Vas a decirme qué pasa? — preguntó Kata sin duda si su hermano la necesitaba no era para los deberes.
—No se me dan bien las divisiones... — dijo jugando con su bolígrafo. Kata enarcó una ceja, esperando que confesara. —Está bien... Ha pasado un año desde lo de mamá. — los dos bajaron la mirada. — Supuse que papá se quedaría trabajando hasta tarde para no estar en casa, y tú te encerrarías en tu habitación sin siquiera saludar.
Se habría preguntado cómo lo sabía pero la verdad es que era evidente hasta para un niño de diez años. Después de todo se había vuelto una rutina desde aquel día. Su padre no soportaba estar en esa casa y buscaba cualquier excusa para salir dejando que Kata se encargara de la mayoría de las tareas con un poco de ayuda de su hermano. Y ella... no es que fuera mucho mejor, solo salía de su cuarto cuando era estrictamente necesario y solía evitar el salón. La pared volvía a ser blanca y esa zona de la moqueta fue reemplazada pero a ojos de Kata la sangre seguía allí.
—Y-Yo... — la voz del niño se quebró de un momento a otro — He intentado ayudar en todo lo que he podido. He tratado de daros vuestro espacio. He tratado de fingir que no me importa para que no os preocupéis por mí, pero... — empezó a sollozar — Yo... no quería estar solo... al menos por hoy— este rompió a llorar desconsoladamente y Kata solo lo abrazó de lado sin saber qué decir.
«Aki...» pensó Katana. No lo había visto llorar desde el funeral. Se sintió mal por que un niño tan pequeño tuviera que cargar con ese peso. Había fracasado como hermana mayor, como hija y como persona. Se sentía egoísta por creer que ella era la única que lo estaba pasando mal. Su familia ya no es lo que era y su hermano es el que está pagando las consecuencias. Y lo peor, es que no tenía ni idea de cómo enmendarlo.
—Lo siento... — fue lo único que pudo decir pero eso a su hermano le bastaba. Echaba de menos a su hermana.
Mauerbau Traurigkeit (alemán): El impulso inexplicable de alejar a la gente, incluso amigos cercanos que realmente estimamos.
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Mha - El pasar de las nubes
Fanfiction"Tu deber nunca fue salvarme..." Katana Hiroko siempre ha sido una entusiasta de los héroes. Había escuchado cantidad de historias sobre el potencial de su tío, Oboro Shirakumo y por supuesto, del accidente. A pesar de no haber heredado su singular...