63. Dos manzanas del mismo árbol

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—No, no tiene nada que ver con mi hermano. Sino con el tuyo, — El pánico empezó a recorrer el cuerpo de la estudiante. — se ha metido en una pelea y este es el único número que se sabía. Si podrías venir al aula 1-A o llamar a alguien que pueda...

—Estoy enseguida. — Finalizó la llamada algo desconcertada, eso nunca había ocurrido antes.

Frente a la puerta de la que había sido su aula todo aquel año había un cartel escrito a mano, escrito con una letra extrañamente familiar. Su aula se había transformado en un lugar de actividades dónde mantener a los niños entretenidos dentro de la protección de los edificios.

—Hiroko-san, los he llevado a la clase B para que el resto de niños queden fuera de esto... —Kata siguió a la hermana mayor de los Todorokis mientras preguntaba qué era ese lugar. —¿Akihiro-kun no te ha hablado de esto? fue idea suya. — Un amigo de apoyo de Kata le había explicado el funcionamiento del nuevo sistema de seguridad así que le pidió permiso al director para usar un par de aulas y buscó adultos que quisieran ayudar, como ella. Aquello hizo que recordara vagamente aquella conversación cenando antes de irse a patrullar

No tardaron en llegar al aula dónde estaba su hermano con una bolsa con hielo y Natsuo deteniendo la hemorragia nasal del otro chico. No sabía cómo ni quién había empezado la pelea pero sin duda acabó con las manos.

Katana se apoyó en una mesa junto a la que su hermano estaba sentado con la mirada fija en el suelo. —¿Estás bien? — preguntó, a lo que el niño asintió. —¿Me cuentas qué ha pasado? — no obtuvo respuesta, tan solo apartó más la vista. —¿Has iniciado tú la pelea? — El silencio fue su única respuesta. —¿al menos has pedido perdón? Vamos dime algo, no puedo ayudarte si no me ayudas a comprender que te ha llevado a esto.

—¿Qué más da que me llevó a hacerlo? Lo único que justifica la violencia es la defensa propia o de otros y yo fui quien dio el primer golpe. Regáñame y acabemos con esto.

—Esto no es propio de ti. ¿Cómo pasas de querer ayudar a entretener a los niños a pegarle un puñetazo a alguien?

Antes de recibir respuesta, si es que el niño pensaba darla, una mujer de mediana edad que supuso que era la madre del otro chico abrió la puerta de golpe y prácticamente se abalanzó sobre su hijo apartando a Natsuo de él. La madre comprobaba sus rasguños mientras le hablaba con un tono demasiado infantil para un niño que debía rondar los 13 años. Cuando se giró a ver a los hermanos Hiroko su expresión era completamente distinta. Su postura mostraba una firmeza que hacían parecer que sus piernas estuvieran enraizadas en el suelo mientras las de Katana flaqueaban. Primero exigió que un adulto se encargara de esto a lo que Kata se negó. Probablemente la mujer tenía razón, esto era demasiado para una chica con los 17 aún por cumplir. Pero no quería preocupar a sus abuelos, no sin saber toda la historia. De un gesto, Kata hizo que su hermano se bajara del pupitre y con la mano en su cabeza le obligó a hacer una reverencia a modo de disculpa.

—Sea cual sea la razón que ha llevado a mi hermano a hacer esto me aseguraré de que no se repita.

—¿Desde cuándo tu familia necesita un motivo para hacer daño? — Todo se remontaba a su padre. Todo. Siempre. Remontaba. A. Su. Padre. — ¿Creías que no me daría cuenta? Esa cabellera negra carbón con esos mechones azules que enmarcan tu carita de ángel... — Los héroes necesitaban una victoria, esa era la única razón por la que la noticia de su padre inundaba los medios. La reputación de un futuro convicto y dos críos desconocidos era un precio más que razonable a cambio de un poco de aprobación del público. Razonable para los héroes, claro. La mujer pasó de un enfado explosivo a una delicadeza casi felina. Tomó a la chica de la barbilla para obligarla a levantar la vista y casi pudo confundir aquellas uñas con garras listas para atacar la yugular.— ¿Son esos ojitos azules los que te han dejado en libertad? O... — La mujer la miró de arriba a abajo antes de que ella recobrara la compostura. — Un hijo de un villano y una que finge ser algo mucho peor... Una heroína.

Mha - El pasar de las nubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora