48. Reuniones clandestinas

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—¿Para qué me has llamado?

—Venga Hawks quita esa cara ¿Es que no pueden unos compañeros salir a tomar unas cañas? — dijo el hombre invitándolo de un gesto a sentarse.

—No acostumbro a salir a beber y menos con el honor de estar acompañado de un empresario como usted, Hiroko-san.

—Tienes buena labia chico, —dijo dando un sorbo a su refresco mientras entregaban al héroe una cerveza. —no me extraña que los hayas engañado.

—¿Engañar? ¿A qué te refieres?

—Eres un agente doble, y no precisamente del bando de la liberación. — El héroe saltó del asiento temiendo una emboscada pero no ocurrió nada. — Tranquilo, si hubiera dicho algo no estarías aquí para contarlo. Ahora siéntate, todos te están mirando.

—Ya es tarde para eso, tengo micrófonos en las alas. Skeptic ya debe saberlo todo.

—¿Saber qué? En tus micrófonos no aparece nada. — dijo mostrando un aparato con una línea horizontal en la pantalla — A las 12 de la noche, ningún ruido, para mi que debes estar durmiendo.

—¿Qué quieres?

—Quiero ayudarte a derrocarlos.

—¿Por qué?

—Yo solo quería que la gente dependiera menos de los héroes, no una revolución.

—¿Y qué te hace pensar que tienes algo que pueda ayudarme?

—Estaba aquí incluso antes de que llegara la Liga, incluso de que se formara. Puedes pasarte meses ganándote su confianza pero ambos sabemos que no tenemos tanto tiempo.

—¿Qué quieres a cambio?

—Me encantaría decir que nada, que lo hago por amor a la causa pero la verdad es que lo hago por Kata. Cuando me arresten... No dejes que caiga conmigo.

—¿Fue ella quien te lo dijo?

—Ella no tiene nada que ver. Apenas hablamos. En cuanto vio los libros me dijo que me alejara, aún estaba a tiempo... pero no le hice caso. Y cuando llegó Shigaraki... me quedó claro que ya no había vuelta atrás.

—Le has puesto una diana en la espalda. En cuanto te arresten serás lo primero que la gente piense al escuchar el apellido Hiroko. Y probablemente la comisión empiece a vigilarla.

—Ella no ha hecho nada malo... pero si es necesario diré qué la obligué.

—Si haces eso, despídete de ver la luz del día.

—¿No lo entiendes héroe? No hay un final bueno para mi en esta historia. Si ganamos, acabaré arrestado o descubrirán mi traición y me matarán. Y si perdemos... No habrá un final bueno para nadie. O mejor dicho será el final. Aunque seguramente Kata no me perdone.... merece la pena si ella puede seguir con su vida. Los niños no deberían pagar por nuestros errores.

dystychifobia: el miedo de herir a alguien.

Los niños no deberían pagar por nuestros errores. «Si tan solo la Comisión de seguridad pensara lo mismo...»

—¿Cómo acabaste aquí?

—Mi mujer murió hace casi 3 años. La historia de siempre, echas de menos y empiezas a beber de más. De pronto cualquier idiota con promesas vacías parecía un visionario. Luego llegó la Liga y supe que había llegado demasiado lejos. No estoy tan loco para querer colaborar con gente que ha tratado de matar a mi hija.

—¿Por eso ya no bebes?

Mirando el fondo del ya vacío vaso de refresco. —Se intenta... Veo que tú tampoco.

—No es lo mío.

—Haces bien. No deberías depender de algo así, crees que lo tienes controlado hasta que ya no... Y cuando quieres darte cuenta lo has perdido todo. — No recordaba gran cosa de la noche que Kata se llevó a Akihiro, solo un puño adolorido y el terror en la mirada de Kata. Pero era suficiente para saber que había cruzado la línea, para saber que los había perdido.

"Praeterita mutare non possumus"(latín): No podemos cambiar el pasado.

El empresario sacó al menos una docena de hojas escritas a mano. —Esto es todo lo que tengo de momento. La mayoría es del ejército de liberación de dones original. Los de la Liga son muy precavidos.

—¿Qué hay?

—Nombres, quirks, Las principales bases incluso fuera de la prefectura, algunos héroes...

—¿Cómo Slidin' Go?

—Como ese, hay por lo menos 15 más solo en nuestra prefectura. — Se levantó dejando dinero en el mostrador para el camarero. Y dando al joven héroe una palmada en la espalda finalizó casi en un susurro — Sálvanos, héroe...

Mha - El pasar de las nubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora