43. Bandos

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Al fin estaba de vuelta a la agencia de Hawks. Saludó al recepcionista y se dirigió hacia la oficina del segundo. Allí estaba. Solo una puerta la separaba de su destino. Con la mano a punto de golpear el roble esta se abrió.

—Hola Tsukuyomi, Umbra. Pasad. No tengo mucho tiempo. — Y así ambos chicos obedecieron. — Estoy ocupado por lo que estaréis con mis compañeros.

—¿Hasta cuando?

—Tiempo indefinido

—Creí que los internos estábamos aquí para reducir la carga de trabajo.

—Sí, pero seguís siendo novatos.

—Pero tengo muchas cosas que enseñarte, nuevas invocaciones y hasta he encontrado una forma de ser más rápida.

—Enséñaselas a otro.

—Pero tú dijiste...

—Fin de la discusión. No sé en qué momento te he hecho creer que esto era discutible. Es una orden. Y si no quieres obedecer tal vez otra agencia quiera jugar con tus cachorritos. — Su tono y su postura rígida indicó que sin duda eso no eran palabras vacías y toda la emoción con la que llegó Kata se desvaneció en un minuto. —Id a recepción, os dirán con qué héroes estáis. Hiroko, de paso lleva estos libros. ¿Alguna queja?— preguntó mientras traía varias decenas de libros con sus plumas. "liberación supernatural" «¿De paso? por lo menos me hará falta hacer 3 viajes. »

—No...

El héroe abandonó el despacho de un portazo. «¿Otra agencia? ¿Cachorritos? ¿Liberación paranormal?»

—¡Venga! Tokoyami y yo te ayudaremos. — declaró Dark Shadow dando una pila a su compañero. — Entre los 3 solo podemos llevarlos todo de una.

—Gracias. —dijo regalándoles una débil sonrisa.

•••

—Tenía que ser el libro de la tontería de liberación de quirks.

—O eres muy valiente o muy estúpida. —contestó Cheetah, su nueva instructora. —llevarle la contraria al número 2 que además es tu instructor. A quien se le ocurre.

—Yo quería aprender...

—Y lo harás, me pidió personalmente que me encargara de convertirte en una heroína antes de que acabe el curso. Ahora acaba de vestirte o no saldremos a patrullar nunca.

•••

Los Cheetahs pueden llegar hasta 120 km/h. Pero aguantan muy poco tiempo a esa velocidad por lo que a excepción de las raras veces que su compañera llegaba a esa velocidad prácticamente lograba seguirle el ritmo. A diferencia de en el entrenamiento, la calle estaba llena de obstáculos: farolas, coches, transeúntes... Sin duda la mayor diferencia entre ambas era la agilidad y la comodidad con la que la felina viaja a esa velocidad.

Aquella semana hubo varios incidentes de villanos que luchaban en nombre de la liberación de quirks. El último tuvo incluso un caso de rehenes y objetos de apoyo ilegales.

—Buen trabajo, los estudiantes de U.A sin duda tienen potencial. Nosotros nos ocuparemos del resto. — felicitó Sliddin' GO por 5ta vez esa semana.

—Debería cambiar sus patrullas, parece que todos los villanos de la zona se la saben. «Y yo también, estabas en la zona en el momento del incidente, no es la primera vez que no actúa hasta que llegamos.»

—¡Umbra! — solo hizo falta ese grito para que Kata entendiera que era mejor callarse y retirarse.

—Le vi repartiendo esos mismos libros hace un par de días. — explicó en voz baja ya alejadas del héroe y de los de su agencia. —Y siempre aparece mágicamente para "arrestar" a los que creen en sus tonterías.

—¿Y qué pretendías hacer? Es tu palabra contra la de un héroe profesional. Está claro que detestas ese libro pero será mejor que lo dejes estar.

—Pero no crees que esté equivocada. —su instructora miró hacia otro lado. No respondió ni una pregunta más.

•••

—Ya han acabado tus horas de residencia por hoy ¿A qué has venido? — preguntó el héroe alado.

—¿Qué son esos libros? ¿Por qué estás ayudándolos?

—Solo quiero un mundo en el que los héroes puedan tener tiempo libre. — dijo mirándola fijamente aunque su tono era más bien amistoso.

«Mientes... sé que puedes mentir mejor que esto así que... ¿por qué? »

—Pues estás fracasando, desde que promocionas ese libro han aumentado los incidentes en la zona. —algo le decía que debía parar... estaba entrando en terreno pantanoso pero...— ¿Esto son incidentes aislados o hay algo más detrás?

—¿Algo más? — el héroe mantenía la calma pero su mirada le decía que parara.

—No eres el único héroe que promociona esta ideología, y el hecho que no hubiera ni un solo héroe en el incidente de Deika...

—¿Crees que estoy aliado con los villanos?

—¿Lo estás?

Sin siquiera poder reaccionar se encontró arrinconada contra la pared con una pluma afilada como una espada en el cuello.

—Eres muy valiente para ser tan poca cosa.

—Hay decenas de héroes abajo que saben que estoy aquí.

—Decenas de héroes que trabajan para mí. — bajó el arma suspirando— pero la muerte de un residente siempre da mucho revuelo. Preferiría no estar en la mira. — No podía creer que el héroe estuviera aliado con el enemigo. —Lárgate de una vez. —dijo y la chica se dirigió a la puerta.

En cuanto la cerró, sus piernas cedieron y cayó al suelo con la espalda apoyada en la puerta. «¿Qué acabo de hacer? »

zemblanity: descubrir algo que preferiríamos no saber, el contrario de serendipia.

•••

—Debiste matar a la chica. — criticó el villano de las quemaduras

—¿Te asusta una chica de 16 años?

—Esa mocosa sigue siendo de U.A.

—Solo atraeremos miradas, créeme, Katana no es una amenaza.

—¿Y si dice algo?

—Acaba de descubrir que ni más ni menos que el número 2 está con el enemigo ¿En quién quieres que confíe? ¿Héroes? ¿Su padre? Él es de los nuestros, él se encargará. No nos conviene hacerle algo a su hija y cambie de bando ¿Verdad?

•••

En un bar de la zona baja de la ciudad Eiji Hiroko esperaba a su acompañante cuando alguien se presentó en la puerta del antro. No pudo verle la cara todavía escondida tras la oscuridad de aquella noche. Pero por la altura y su complexión no era la persona que esperaba.

—Tú no eres Re-destro.

—No, el frente de liberación paranormal tiene un nuevo líder... —dijo revelando su rostro

—Shigaraki, entonces la Liga de villanos está...

—¿Al mando? Supongo que eso no te supondrá un problema ¿cierto? — amenazó desintegrando un vaso cercano y la mesa sobre la que se apoyaba a lo que el camarero tuvo que reprimir sus quejas. —Tomaré ese silencio como que el trato sigue en pie.

•••

—Papá, sé que estás enfadado conmigo pero necesito que me escuches. Por favor devuélveme las llamadas.

—¿Papá?

—Si estás escuchando esto llámame.

—¿Por qué tienes que ser tan cabezota? — Maldijo dejando caer el teléfono en la cama. 

Mha - El pasar de las nubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora