uitwaaien (neerlandés) literalmente: "caminar en el viento", quiere decir tomar un respiro o pasear para combatir el estrés.
Varias manzanas más lejos empezó a ralentizar el paso. Tratando de tranquilizarse. Ralentizar su respiración acelerada y su corazón tratando de salir de su caja torácica que empeoraban el punzamiento de sus costillas rotas. Cuando quiso percatarse estaba perdida. No solía frecuentar esa zona y no sabría volver pero una tienda le resultaba extrañamente familiar. Habían destrozado la vitrina, probablemente un saqueo.
Entró y, efectivamente, la caja fuerte estaba abierta y vacía, lo único que robarían de una tienda de accesorios de mascotas. «Este es el barrio de Midnight... Le compré un juguete a Kumo aquí, visitándolo por primera vez. ». Al igual que el resto de la ciudad las calles estaban vacías pero parecía que los edificios también. No había negocio sin revisar ni entrada de apartamentos sin forzar lo que probablemente espantara a la gente.
Sin realmente pensarlo se encontraba en el edificio de Midnight. La puerta de abajo abierta. Trató de abrir la de su apartamento pero esa no parecía haber sido tocada. Las ventanas del exterior estaban cerradas y sin saber forzar una cerradura era imposible entrar sin romper algo. O tal vez hay más formas de abrir una cerradura... Trató de usar sus sombras para mover las clavijas de la cerradura y tras bastantes intentos la puerta se abrió. «Tendré que recordarlo para la próxima vez que olvide las llaves de mi cuarto. »
—Sushi, Kumo que alegría que estéis b-
—¿Has dicho Sushi y Kumo? — esas palabras sobresaltaron a la estudiante pero rápidamente vió que se trataba de una señora de unos sesenta con una sartén en la mano.
—No he venido a hacerle daño. — dijo levantando las manos. —No sabía que habría alguien... además de los gatos. Soy alumna de Midnight.
Que no sea su madre. Que no sea su madre. Que no sea su madre...
—Soy su vecina, vengo a cuidar de los gatos de Nemuri cuando está trabajando y... ¿Qué te han hecho?
No había forma de salir de allí con los gatos sin dar una explicación. La señora le dió una taza de té junto a unos calmantes y tuvo que explicar desde la muerte de Midnight hasta sus heridas tratando de que su voz no delatara su dolor.
—Creo que es hora de irnos y con irnos me refiero también a usted. No es seguro estar sola en este barrio.
Se dirigieron a su casa para coger las cosas esenciales y algunas fotos que se negaba a dejar. Entre ellas había una foto de un niño y una niña de pelo oscuro. —¿Son sus nietos?
—No, mis hijos, pero hace muchos años de esa foto. Esta es la más reciente. — dijo tendiendo otra con 4 personas, ella incluída. —Makoto y Naomasa.
—¿Es la madre del detective Tsukauchi? — Le fue imposible disimular su desagrado.
—Si ¿Le conoces? No parece que te caiga bien.
—Más bien soy yo la que no le agrada pero puedo llevarla con él.
Acabaron de guardar todo y se dirigieron hacia la comisaría cargando Kata con las cosas gracias a sus sombras. Hablaban despreocupadamente, tal vez porque fuera una desconocida, para evitar un silencio incómodo o simplemente era fácil hablar con ella. Tal vez incluso se le escapara el encontronazo con su hijo.
—Hiroko... —dijo el detective al verla entrar. —Siento lo ocurrido pero estamos ocupados.
—¡Naomasa Tsukauchi!
—¿Mamá?
—¿Se puede saber por qué no me has llamado? ¿Y qué es eso de interrogar a esta encantadora niña? —dijo pellizcando el moflete no vendado de la chica. —Después de todo lo que ha hecho. Debería darte vergüenza mandarlos a un combate así. —La mujer se alejó de la chica para agarrar de la oreja a su hijo a pesar de que era considerablemente más alto que ella. El sermón continuaba y el resto de policías empezaban a acercarse divertidos por la situación tratando de contener la risa. El ambiente tenso que reinaba en la comisaría pocas horas antes había desaparecido con la aparición de aquella mujer. Tsukauchi no parecía enfadado por aquella pequeña humillación sino que al contrario parecía agradecido. Se despidió de un gesto y partió rumbo a la residencia.
Ubuntu: la creencia de que nuestra compasión y amabilidad nos define.
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Mha - El pasar de las nubes
Fanfiction"Tu deber nunca fue salvarme..." Katana Hiroko siempre ha sido una entusiasta de los héroes. Había escuchado cantidad de historias sobre el potencial de su tío, Oboro Shirakumo y por supuesto, del accidente. A pesar de no haber heredado su singular...