75. ¿Esto es todo?

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Katana descansaba, la cabeza apoyada en sus brazos. Sus brazos... intactos, no sólo no estaban rotos sino que la cicatriz del derecho también había desaparecido. Al levantar la cabeza, estaba en su pupitre, en su clase. Aizawa sentado en un rincón con su saco de dormir amarillo e Iida en frente de la clase dando un discurso que no acababa de entender del todo. El murmullo de sus compañeros, las quejas de Bakugo, la risa de Mina y una explosión a lo lejos que seguro era de la clase de apoyo. Estaban a salvo, todos ellos. Sin heridas, ni quemaduras, ni amputaciones, ni traidores, ni Hikari... Se pellizcó, incrédula, pero no ocurrió nada. ¿Había sido todo un sueño? Nunca hizo las paces con su amiga pero al menos significaba que estaba a salvo. Y ella también, y su hermano y sus abuelos... Todo estaba bien.

Nefelibata: Originaria del griego, es una palabra que define a una persona soñadora, que no se da cuenta de la realidad.

—¡Eso sí que es una pelea! — Todos sus compañeros desaparecieron cuando Kata escuchó esa voz desconocida pero que por alguna razón sabía a quién pertenecía. Frente a ella, un chico un poco mayor a ella. Sentado sobre un pupitre con las piernas cruzadas. Pelo de algodón azul pálido y sus ojos alegres del mismo color clavados sobre ella. La chaqueta de aviador, las gafas, el traje de artes marciales azul marino, la tirita en la nariz... La sonrisa. Parecía sacado de las fotos que tanto había admirado en el pasado. Sin el acecho de Kurogiri ni la imprecisión de sus sueños.

—¿Qué pelea?

—¿Creías que la habías soñado? — Ahí volvió la voz. También era distinta a la de sus otros sueños. Era menos adulta pero sin llegar a ser infantil, era esa voz transitoria propia de la adolescencia que había sido congelada en el tiempo.

Katana lo miraba anonadada — ¿Eres real? ¿Realmente estás aquí? —dijo extendiendo la mano para verificarlo.

—Sí, aunque no en carne y hueso. — respondió haciendo lo mismo aún sabiendo que sus manos todavía no se tocarían.

—Entonces ¿Esto es todo? Aquí acaba mi... — vida. No fue capaz de decirlo en voz alta, como si eso fuera a hacerlo más real de lo que ya era. — ¿Y qué hay de la luz al final del túnel?

— ¿No has tenido suficiente con ese láser? —se burló. Pero pronto se dio cuenta de que Kata no reaccionó bien. — ¿Muy pronto?

— No puedo estar muerta. All for One sigue suelto, no he cumplido con mi misión. No he cumplido mi sueño. Ni siquiera me he graduado. — Saltó de su asiento, dando vueltas de un lado a otro de la clase. — Akihiro aún me necesita, solo es un crío. Y yo aún quiero hacer más cosas. Quiero... Quiero vivir... — admitió en voz alta. Había retomado su vida. Aún con toda la mierda que estaba ocurriendo, ahora estaba dispuesta a luchar. Todo eso no podía ser para nada ¿verdad?— Esto no ha acabado. Dime que no ha acabado. — suplicó entre lágrimas. —Encontrarán una forma de ganar, aún hay héroes en pie. Y vendrán a por mí y salvarán a Hikari y me despertaré en el hospital para que Recovery Girl me vuelva a reñir y esta vez juro que le haré caso.

— Lo siento... — Fueron las únicas palabras que el chico pudo decir. Viendo a su sobrina desesperarse como él hizo unos años atrás. Sabía que no habían palabras que pudieran remediar el miedo y la impotencia de no vivir para cumplir su sueño.

— Esto no es cierto. Estoy alucinando. — rio la chica entre lágrimas. —No he visto mi vida pasar. Solo estoy alucinando... Tal vez estoy loca pero al menos no estoy muerta. ¿Verdad? Tiene que haber algo que pueda hacer...

—Katana... No estás muerta, todavía. Pero te estás muriendo, mientras hablamos cada vez que respiras tus costillas se clavan más y más. Si no mueres desangrada o ahogada antes, acabarán perforándote el corazón. No has visto tu vida pasar porque no hay nada en esos recuerdos que pueda salvarte.

Katana se detuvo, se sentó en el pupitre más cercano, la vista perdida. —Si aún no estoy muerta ¿Dónde estamos?

—Eso no lo tengo muy claro — dijo mirando a su alrededor — ¿Tú mente?

—Así que voy a estar muerta y loca, esto va a mejor...

—Creo que esto pasa para que no sufras sola, para que tus conocidos puedan acompañarte.

abditory: un lugar donde desaparecer, donde esconderse

—¿Tú estuviste aquí?

— No, yo morí bastante rápido pero mi hermana sí. Al menos un rato pero...

—Pero luego llegaste tú. — dijo una voz femenina que conocía muy bien.

—¿Mamá...?


El fanfic quedará en pausa por tiempo indefinido hasta que se acabe completamente la batalla de este frente. Así que hay que esperar hasta que se publiquen más capítulos y no creo que mencionen este frente hasta que acaben todas las batallas y se recuperen a los heridos... o los muertos ._.

Mha - El pasar de las nubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora