67. Aquellos que creímos aliados

5 0 0
                                    


—¿Cuánto tiempo he estado inconsciente y cuanto durará mi reprimenda? — dijo Umbra al ver una vía en su brazo, conectada a una bolsa de sangre.

—Unos 35 minutos, apenas el tiempo de que te trajeran Aizawa y tu amiga. — dijo la anciana aunque a Katana no le apasionaba la idea de que fuera su tutor quien fuera a buscarla.

—Ryuu te está sustituyendo, me dijo que le debes un pastel de chocolate. Yo debería irme... No le hará gracia patrullar solo después de hacernos el favor.

—Ya me lo imagino burlándose de mí en cuanto le llamaste.

—Me dijo que temía la noche en que la llamada llegara. — dijo algo dolida por como Kata hablaba de su antiguo amigo. Kata parecía sorprendida porque Ryuu se hubiese dado cuenta. —Te conocemos Kata, se te olvida que te conocemos. Tal vez porque tú a nosotros no. Una cosa más... —dijo ya en la puerta. —Deberías cambiar tu contacto de emergencia.

Kata estuvo en silencio desde el momento en el que Hikari cruzó la puerta de la enfermería. Jugueteaba con el teléfono mientras observaba su lista de contactos. Tardó un año en quitar a su madre de entre los contactos de emergencia, pero con la próxima batalla a la vuelta de la esquina, no podía esperar tanto con el de su padre. Recovery Girl se sentó al borde de la cama. Esta vez no parecía que fuera a reprenderla.

—Llevo muchos años trabajando aquí. Sé la presión a la que se enfrentan los estudiantes. He visto a chicos destrozarse el cuerpo por una plaza en esta preparatoria. No eres ajena a los daños que incluso tú como tus compañeros habéis sufrido este año. Y no me imagino como debe ser estar en medio de una guerra con los medios detrás y tu padre en la cárcel. Pero has ido demasiado lejos. —dijo la mujer con la voz que comenzaba a romperse —Estamos hablando de una transfusión de sangre y no tienes ni una sola herida. Y ha habido que acudir a ella porque estás demasiado agotada para que use mi quirk. Entiendes que si te hieren en la próxima batalla y tú pierdes toda esta sangre tu sola... No habrá nada que yo pueda hacer. ¿Lo entiendes?¿Entiendes que esto debe acabar ahora mismo?

—Lo entiendo.

—Deberías añadir a Aizawa como tu contacto de emergencia si no quieres poner a tus abuelos. — En cuanto mencionó a su tutor Kata dejó de jugar con sus manos. —Me ha dicho que estás enfadada con él porque crees que solo le importas por Shirakumo. Y la verdad es que a Shota, aunque no lo parezca, le importan sus alumnos. Cada uno de ellos. Y lo más importante ha sido asegurarse que ningún otro chico acabe como tu tío. Lo de Oboro fue una tragedia y parece que estás haciendo lo imposible para repetirla. Si no quieres perdonarlo todavía puedes usar el mío pero por si acaso arreglaría las cosas antes. Eres muy joven para empezar a tener arrepentimientos. — La anciana se bajó de la cama. —Bueno, será mejor que dejes de pensar en esto por el momento. Ahora debes descansar para que mañana pueda acabar de curarte. No quiero verte despierta antes de las 2 de la tarde. 

—Sí, jefa.

•••

Dos días después de la vuelta de Midoriya (Aquí empieza lo que se adaptará en la 7ma temporada)

Una heroína Americana Star and Stripes, una chica que fue salvada por All Might durante su estancia en E.E.U.U llegó a Japón a enfrentarse con Shigaraki. Logra dejarlo muy herido y suprimir muchos de los dones robados pero por desgracia muere en su azaña.

—Shigaraki debía tener su cuerpo terminado mañana pero ahora no podrá hacer nada hasta la semana que viene. —anunció All Might a la clase 1-A — Es el tiempo máximo del que disponemos, cortesía de Star and Stripes.

•••

—Venga, dime quien ha sido... — Kata estaba escondida en el bosque tratando de averiguar quién fue el traidor interrogando a sus sombras. —No me puedo creer que le esté hablando a un pájaros que ni siquiera es real. — La sombra en seguida fue a picotearla. — ¡Auch! Sí, definitivamente eres real pero no tienes recuerdos para decirme porque desapareciste.

1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9 saltos...

—9... ¿Fue el noveno de la clase? ¿Kouda? No estaba entre los sospechosos... Vale no, deja de picotearme. 9 saltos... 9... 9 son los saltos que distes para avisarme de cuantos villanos había en el campamento. —El pájaro parecía satisfecho con la respuesta. — ¿Si que tienes recuerdos? entonces dime porque desapareciste. — dijo tendiéndole la foto de clase pero el pájaro agujereó su cara. —Fui yo... Así que no viste al traidor... Volvemos al principio.

Su intento fracasado de investigación se vio interrumpido cuando escuchó una rama romperse. Se acercó al lugar del sonido cuando vio unos guantes flotantes. «Hagakure... ¿Qué haces aquí sola? ¿No estás entrenando con el resto?». Pensó en confrontarla pero para entonces ya descubrió que estaba mirando.

—Estaba preocupada por él... — susurró a la chica que miraba a Aoyama y lo que parecían sus padres. —Desde la batalla... No ha vuelto a sonreír. Se que estábamos todos algo deprimidos pero él...

—Este es el punto muerto de las cámaras. — dijo el hombre. — Él ha dado órdenes, debes obedecer. —Aoyama no respondió, solo lloraba.

—Yuga... — dijo la madre con tono suplicante. —Si desobedeces nos matarán. Ya hiciste un pedido a principio de curso y avisaste en el campamento sin ser descubierto ¿Cierto?

—Hagakure, ve a buscar a alguien. — dijo Kata «Aoyama es el traidor... »

—A nosotros tampoco nos gusta pero ahora es demasiado tarde. Yuga... Sólo queríamos que tuvieras un quirk para que puedas cumplir tus sueños con ellos. No... No sabíamos cuál sería el precio.

—Yo... yo no quiero hacer esto pero quería protegeros. Creí que cuando All For One fue detenido en Kamino yo... Yo podría ser feliz con el resto... — «Es un traidor. Tienes que detenerlo. Es un traidor. Es el traidor por el que te acusaron. Es el culpable de todos los ataques. »

—Por favor, Yuga, protégenos. Te lo suplico.

Las sombras tardaron milisegundos en aprisionarlos y Aoyama supo enseguida de quién se trataba. —Hiroko... —En su mirada vio que no quería, pero iba a usar su láser y las sombras de Kata probablemente se desvanecerían. Cuando el rayo iba alcanzarla Hagakure se interpuso y reflejó el láser. Midoriya la seguía. —Midoriya... yo...

—¡Pudimos haber muerto! ¡Todo Japón está sumido en el caos! —gritaba Tooru como nunca se la había visto. —Y aún así... ¡¿Aún así tuviste el descaro de estar en la misma aula que nosotros?! ¡¿De vivir en los mismos dormitorios que nosotros?!

Kata rehízo las sombras y Midoriya las reforzó con su látigo negro. Se acercó a su compañero. —Por favor... Paremos con todo esto.

"etiam innocentes cogit mentiri dolor" el dolor hace hasta el hombre inocente un mentiroso.

Mha - El pasar de las nubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora