68. ¿Habría hecho alguna diferencia?

50 7 18
                                    


Narradora

Todo en la UA era un caos. Alumnos, profesores y héroes de diversas agencias intentaban desesperadamente idear un plan para ayanar la guarida de la Liga ubicada en un hospital propiedad de doctor Tsubasa.

Entre todo el caos, nadie notó lo afectado que se encontraba Bakugou ante la revelación de Iida y no era como sí él deseara hacerlo público. Ya no podía confiar en su propio criterio, duda de cada desición que tomaba y en más de una ocasión cometió errores poco propios de si mismo.

Kirishima había intentado hablar con él, pero en cada ocasión este lo mandaba al demonio para luego encerrarse en su habitación. Kaminari, pese a su previa opinión sobre el otro rubio, deseaba hablarle y asegurarle que todo saldría bien pero no lo hizo por 2 razones:

 1. Él sabía muy bien que eso tenía un 90% de probabilidad de ser una mentira si se tomaba en cuenta lo que ocurrió, lo que se descubrió y lo que aún se mantenía oculto.

 2. No le interesaba llamar la atención equivocada sobre sí mismo en ese momento. Todos relacionados a ti eran sospechosos y perder su cubierta era lo último que quería.

Como tantas otras noches, Bakugou no era capaz de conciliar el sueño. Por muchas vueltas que diera todo en lo que podía pensar era en ti, en el tiempo que habían compartido y finalmente lo que Iida les había contado.

Quería decir que le era imposible verte asesinar a alguien tan fríamente como el de lentes describió, pero la dura verdad era que no sonaba tan descabellado como quisiera. En los meses que tenían de conocerse, él había descubierto cosas muy cuestionables sobre ti como que ocultabas un segundo quirk, que conocías a gente de dudosa reputación y cosas como fumar y beber eran normales para ti. Y cómo olvidar aquella tumba.

Tenías un hermano muerto del cuál nadie sabía y por lo que tenía entendido, tu madre no era realmente tu madre. Tenías más experiencia en combate de la que mostrabas en el colegio, poseías una personalidad bastante cambiante y ni que decir de la vez que te descubrió auto lesionándote mientras decías merecerlo.

Tantas cosas sobre ti que en su momento intentó ignorar ahora comenzaban a tomar un matiz diferente; el de alguien que podría asesinar sin remordimiento. Si ese era el caso; ¿de qué más eras capaz?

- Mierda... -era imposible dormir con todo ese remolino cruzando su mente por lo que con pesadez se levantó de la cama y salió a su balcón. La luna brillaba en lo alto del firmamento, iluminando todos los árboles alrededor del edificio de entre los cuales se veía la figura de una mujer mirándolo.

Espera un segundo... ¡¿Quién estaba ahí?!

Todas las alertas del rubio se encendieron cuando aquella silueta parecía acercarse a él. Listo para atacar, Bakugou retrocedió un poco pero se quedó helado cuando la silueta se acercó de un salto hasta su balcón.

- ¿T-T/N? -otro mar de emociones lo invadió al reconocerte mientras poco a poco tu rostro se convertía en aquel que él conocía tan bien.

- Hola, Kats. -tu voz era suave, sonreías ligeramente pero podía ver en tus ojos que no estabas feliz. Quizás algo aliviada por verlo tras semanas separados, pero aún existía cierta incomodidad.

- ¿Qué haces aquí? -preguntó el rubio entre asombrado, confundido y molesto.- No, olvida eso. Eso no importa.

Tras decir aquello viste como un poco de humo salía de sus palmas y combinado con sus emociones y pensamientos deduciste que te atacaría.- ¡Espera! No he venido a pelear contigo. Sólo quiero hablar.

- ¿Hablar? ¿Me crees estúpido? -cuestionó con ira- ¿Fue divertido? ¿Te divertiste jugando conmigo todos estos meses? -su voz estaba inyectada con veneno y aquello te dolió más que cualquier golpe que hubieses recibido en tu vida. La persona que amabas desconfiaba de ti y con justa razón.

Traiciones - [Katsuki Bakugou y  tú] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora