7. Elige tus peleas

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El resto del día pasó de forma casi irrelevante, Reborn no creía acostumbrarse pronto a convivir tan de cerca con la dieta de un carnívoro, menos aun cuando el otro lo miraba como bicho raro por estar comiendo quínoa con garbanzos. El tigre se mosqueaba cuando no lo dejaba vagar a su bola, pero no podía dejarlo hacer daño a la fauna silvestre...o que la fauna silvestre lo dañara a él.

—No mides tu tamaño— lo regañó después de que intentase enfrentarse a un alce el cual, menos mal, hizo caso al guardabosque, marchándose del sitio con un resoplido aburrido, haciendo enojar al castaño —elige bien tus putas peleas, vas a terminar malherido si sigues con esa actitud, joder—.

El semi-felino hizo algo parecido a un berrinche y a duras penas se dejó revisar y vendar el brazo que salió herido por una de las pezuñas del cuadrúpedo para ignorar al otro el resto del día, haciéndose el indignado.

Al día siguiente Luzu se había quedado dormido en (lo que quedaba de) el sofá frente a la chimenea, Reborn echó más troncos al fuego y le puso una manta encima, palmeando su cabeza antes de salir sin poder evitar que no hubiera podido acariciar sus orejas si hubiera estado despierto.

Salió a hacer su recorrido de rutina aprovechando la actitud huidiza del otro y que se hubiera quedado tranquilo. Estaba distraído, revisaba que todo estuviera en orden, que no hubiera vallas rotas, trampas o señales de algún gilipollas cazando o pescando en lugares prohibidos, pero a la vez pensaba en cosas que no había considerado el día anterior, empezando con el estado de la casa del castaño.

¿Era producto de la espora? ¿Desde hacía cuánto que estaba mal? La casa lucía deteriorada y abandonada, no parecía que nadie se hubiera preocupado por mantenerle en buen estado, lo único que estaba bien era, de forma extraña, el regalo que le hizo, aquel pequeño arcade.

Se preguntó si Luzu había estado enfermo o si se sentía solo, si había sido él quien acudió por ayuda con Auron o si lo habían ido a buscar. Meditaba sobre cómo ayudarle, cómo regresarlo a su yo usual, o si al menos habría alguien quien supiera cómo traer un lado más humano del castaño.

Pensaba en ello cuando vio a un pato con un cordel enredado entre las patas, se acercó a ayudarle a librarse de ello antes de que se hiciera daño, estando tan concentrado en ello que sintió llegar la amenaza desde detrás.

The Animal Inside of YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora