22. El presente

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Su consciencia iba y venía, tenía la respiración pesada y un frío espantoso. Unas manos amables y voz parsimoniosa decía su nombre haciéndolo querer despertar, pero le resultaba imposible, entendía poco de lo que sucedía a su alrededor. A veces sabía que tocaba su rostro y se restregaba contra aquella mano en busca de alivio.

—Vamos, tienes que comer algo, joder—

Eso sí que lo oyó de forma clara, consiguió incorporarse a medias y entreabrir los ojos, aunque no veía más que contornos borrosos. Aunque sentía el cuerpo agarrotado, los párpados hinchados y la garganta seca, había algo que olía delicioso.

Pero... ¿Por qué querían alimentarlo con una cuchara como si fuera un bebé?

Vio sus propias manos, reconociéndolas apenas, abriendo y cerrando los dedos, tratando de alejar esa sensación de irrealidad, buscando una explicación, recibió a la fuerza otra cucharada, sintiendo la boca pastosa aun, aquel caldo parecía despertar a su estómago, de pronto recordando que tenía hambre.

Fue entonces que comenzó a ver con mayor claridad, aferrándose a las mantas, ignorando por un momento a la voz que le pedía tomar un bocado más. No estaba en su casa, y esas manos lucían distintas a las suyas de siempre.

Comenzó a respirar más rápidamente, entrando en pánico.

—¿Luzu? —

Hasta entonces fue que vio a la persona frente a él...abrió la boca, quiso decir su nombre a modo de interrogación, pero no pudo, de su garganta solo salió un sonido extraño, se cubrió los labios por reflejo, notando como los ojos oscuros lo miraban con preocupación, estuvo seguro de que le preguntaba algo, pero entonces giró la cabeza hacia la ventana, viendo su reflejo en los cristales.

Su garganta se hizo un nudo y sus pupilas se dilataron, cayendo sobre él el peso del presente.

The Animal Inside of YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora