32. Después de la lluvia...

284 62 4
                                    

Al despertar Reborn ya estaba despierto y haciendo el desayuno, al ver afuera se dio cuenta de que había dejado de llover, todo se veía brillante y limpio.

A pesar de las protestas del guardabosque lo siguió a su rondín matutino, al parecer le hizo gracia que hubiera hecho un par de cortes en su capucha para dejar salir sus orejas.

«Así puedo escuchar mejor»

Se sintió feliz de poder ser de ayuda, aunque, como era de esperarse, no había gran cosa que pudiese rastrear, toda la tierra y el pasto estaban como recién lavados y en realidad era afortunado que la única trampa que encontraron se hubiera echado a perder debido a la lluvia.

Apenas regresaron Luzu se dispuso a comenzar a recoger y doblar la ropa del día anterior, que seguía tendida por toda la sala, pensó que era lo mínimo que podía hacer, Reborn de nuevo lo había dejado dormir en su cama y él se había ido a pasar la noche a otro sitio.

Cuando quiso disculparse le repitió que era un invitado y le dejaría la cama sí o sí. Tampoco era como si le pudiera ofrecer dormir juntos, tragó en seco al pensar cómo en días pasados se acurrucaba a su lado de forma descarada al lado del de ojos oscuros, enrojeció pensando en lo bien que se sentía dormir arrullado con su calor y el sonido de su corazón.

—¿Por qué mierdas sigues queriendo hacer todo tu solo? —

Reborn se puso frente a él, quitando una de las mantas antes de comenzar a doblarlas. El castaño primero se sobresaltó, luego se encogió de hombros, moviendo la cabeza evitando su mirada, queriéndole decir que no sabía de qué hablaba.

—Joder, sí que lo haces y lo sabes, andas por ahí solo todo el tiempo, no aceptas ayuda prácticamente nunca...—

Lo miró mosqueado, deseando enseñarle un letrero que dijera "¿No estás describiéndote a ti mismo?", ya que no tenía el plumón cerca esperaba que su mirada y gestos bastaran. El guardabosque carraspeó, rehuyendo su mirada, tomando una sábana y halándola con fuerza, farfullando objeciones respecto la expresión facial de Luzu (que había conseguido interpretar).

Claro que por ello no se dio cuenta de que el castaño estaba sujetando la misma sábana que el castaño, tirando a ambos en el proceso de tal manera que el guardabosque quedó encima del otro, ambos con la sábana blanca encima.

Justo en ese instante se oyó el sonido de la puerta principal al abrirse.

The Animal Inside of YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora