34. Una pobre criaturita del señor

281 64 21
                                    

—¡Ehhhhhhhhhhhhhh! —

Se preguntó si había llegado gritando lo de siempre y no lo había escuchado o simplemente había elegido ir en modo sigiloso. Oyó el grito casi al mismo tiempo que lo arrojaban de forma brusca hacia un lado, sin darle tiempo a reaccionar.

—¡Maldito degenerado! ¡Deja en paz a esta pobre criaturita del señor! —

Al incorporarse, sintiéndose entre confundido y cabreado, miró a Rubius abrazando a Luzu, acunándolo como si fuera un niño pequeño, viéndolo a él con reproche.

—¡Cabrón! ¡No estaba seguro si harías una movida pero nunca pensé que te aprovecharías hasta este punto! —

—Pero...—

—Es un ser ingenuo, tierno, inocente— decía eso mientras apachurraba más al castaño entre sus brazos.

—Si me dejara...—

—¡Que no tiene raciocinio humano Rebooorn! ¡Ibas a aprovecharte de un inocente, de un ser puro! —

—¡Que ya recupero su consciencia! ¡Joder! —

—¿Ahhh? ¿Es eso verdad? — las orejas del oso se agitaron —¿volviste? — se separó de Luzu para verlo a la cara, apretando sus mejillas, el otro solo atinó a asentir —Oh, bueno, entonces puedes aprovecharte de él, perdón por interrumpir—.

Le dio al castaño un empujón hacia el guardabosque, haciendo que se recargara contra su pecho. Reborn lo sujetó para que no cayera, balbuceando, intentando decir algo coherente, repartiendo miradas entre asegurarse que Luzu estuviera bien y molesto hacia Rubius.

—¡¿Me puedes dejar puto hablar?! —

—No, no, son adultos, pueden hacer lo que se les dé la gana, yo me voy, aunque aviso que quizás me quedé a mirar por una ventana—.

El oso se alejó rápidamente riendo a toda voz mientras el guardabosque hacía a un lado a un Luzu rojo como tomate para ir perseguir al oso y darle un par de golpes.

The Animal Inside of YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora