59. ¿Estaba exagerando?

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Se topó con Focus y Fargan mientras hacía sus compras, quienes, para sorpresa de ninguno, lograban comprender el lenguaje felino del castaño, quien ignoró las puyas e insinuaciones del búho al decir que llevaba comida como para dos personas, el castaño prefirió agradecer a Focus por darle la bienvenida de regreso y sus buenos deseos.

También le preguntó por Reborn y le dijo que cuando lo viera le enviara sus saludos. Si no fuera porque era el cuervo quien se lo decía pensaría que también decía lo que decía por molestarlo, pero hablaba, como siempre, con tono franco y natural, así que solo se dispuso a continuar.

Entró a la cocina sin poder evitar canturrear (o su equivalente en maullidos) durante todo el proceso. Terminó de cocinar lo más rápido que pudo y emprendió su camino a la cabaña. Temía un poco porque cada vez los truenos parecían acercarse más y las nubes oscuras hacían que pareciera más tarde de lo que de verdad era.

Se dijo que podía que solo le dejase los recipientes, quizás no cenaría con él, probablemente el guardabosque estaría cansado de sus labores y no tuviera ganas de recibir visitas, entrada por salida. Se repetía eso, pero tenía esperanzas de volver a sentarse frente al otro, decirle que le había llevado la cena como una especie de agradecimiento...pero que también disfrutaba de su cercanía, de su voz...

En lo que llegaba se hizo casi de noche y, era extraño, la cabaña no tenía ni una luz encendida, en todos los días que vivió con Reborn nunca llegó tan tarde a casa. Entró, lo llamó, pero la vivienda estaba vacía y no parecía haber regresado desde la mañana.

¿Estaba exagerando con su nerviosismo? Probablemente sí, pero había un cosquilleo que recorría sus orejas y cola, no creía que se tratase de la lluvia que se acercaba.

The Animal Inside of YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora