28. Gatito mandón

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Se sintió culpable al pensar que todo era mucho más sencillo cuando no era del todo Luzu sino un felino, pero es que ahora debía volver a casa y enfrentar una conversación con el otro, compartir su casa con alguien mientras fingía que no habían dormido en la misma cama la última semana o que le ayudaba a vestirse y bañarse.

Si lo pensaba con frialdad solo hizo lo necesario, lo que se le pidió.

Si se sinceraba diría que de haber sido otra persona la que llevaron en una red hasta su puerta hubiera mandado a Auron al diablo en menos de un segundo.

Antes de marcharse no lo había abandonado hasta comprobar que la temperatura había bajado por completo y parecía dormir en paz, no pudo evitar revolverle los cabellos y luego rozar su mejilla. Su rostro seguía siendo el mismo, la misma expresión.

Salió para aclarar sus pensamientos, hacer su rondín habitual, pero era verdad que en un clima como aquel era poco lo que podía hacer, debía regresar, esperaba encontrarlo aun dormido, no fue así.

«Vas a mojar el suelo, ve a bañarte»

—¿Perdona? — rio con ganas, Luzu con orejas de tigre quitándole el sombrero y obligándolo a sacarse el chubasquero mientras fruncía el ceño se veía de todo menos amenazador.

«Te vas a enfermar»

—Joder con el gatito mandón, te recuerdo que es mi casa ¿eh? — pareció querer replicar algo, pero obviamente solo soltó un maullido molesto cerrando al momento la boca, haciendo reír al guardabosque.

Había visto de forma disimulada a su alrededor, todo lucía más limpio y por el olor que inundaba todo el lugar se daba cuenta de que había pasado un rato en la cocina.

—Vale, vale princeso, pero solo si lo pides por favor— se cruzó de brazos, parándose frente a él de forma retadora, el castaño abrió la boca, al principio pareciendo avergonzado porque claro que no podía articular nada y era más bajo que el otro hombre —no te oigo...—.

El castaño terminó mirándolo un poco mosqueado, cruzándose también de brazos, dejando salir un maullido largo que parecía más fastidiado que pidiendo algo por favor, ganándose las risas del de ojos oscuros, quien revolvió su cabello para fastidiarlo y luego dirigirse al cuarto de baño.

Cerró la puerta tras él sin poder evitar cubrirse laboca para reír. Ver de cerca el rostro de Luzu cagándose en todo era distintode verlo a la distancia.

The Animal Inside of YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora