41. Pueblo 2

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Luzu acompañó a Rubius al Pueblo 2, no fue muy gustoso, en realidad casi lo llevó arrastrando por la capucha del suéter. Él no quería tener nada que ver con lo que fuera que tenía que tratar con Carola, por suerte por el camino se toparon al vikingo hablando con Pol, así que mientras el primero se saludaba de forma efusiva con el oso él dio un paso atrás, viendo cómo Pol movía la mano en su dirección, sonriendo.

—¿Qué tal va todo jefe? ¿Seguimos en modo salvaje o hemos avanzado? — el castaño se acercó a él, recordando que no podía entenderlo, por lo cual tomó su cuaderno para explicarle de forma resumida la situación.

Al terminar el alcalde de Pueblo 2 le hizo señas para que lo siguiera mientras los otros dos parecían contar chistes en noruego o algo similar.

—Entiendo, qué enredo ¿eh? Me enteré porque ya sabes que si algo se nos da bien entre pueblos, incluso más que pelear, es ser marujas— decía, de forma relajada y casual —pues tendrás que aprender lenguaje a señas o vamos a tener que poner letreros al estilo del cine mudo cuando hagamos transmisiones, se vería muy artístico en blanco y negro con música de piano de fondo— rio Pol, Luzu lo miró con media sonrisa, a su pesar ello lo hacía reír porque sabía que el hombre no lo decía con mala intención.

Entraron al cine, dirigiéndose a la oficina principal mientras hablaban (Pol hablaba) sobre los nuevos estrenos y que debía pasarse un día por allí, también sobre una que otra idea que Cristinini tenía para reportajes de investigación. Comenzó a rebuscar en uno de los cajones.

—El otro día tomé unas cuantas fotos, se las envié a Reborn por teléfono para que me dijera si alguna le interesaba, pero, como acostumbra, no respondió— le pasó al castaño un sobre —le he dicho varias veces que debería abrir una tienda de regalos o similar, la reserva necesita fondos...—.

El castaño oía todo de forma atenta, nunca se había planteado aquello, era verdad que la reserva no pertenecía a ningún pueblo y no sabía si Reborn realmente ganaba un sueldo con el cual hacerse cargo de los problemas de los animales y de las instalaciones en general.

—Pensé que unas buenas fotos podrían convencerlo de hacer postales o tazas, no sé, tal vez si las ve en físico se anime...— Luzu hizo una seña con la cabeza, como preguntando si podía verlas, el otro le contestó moviendo una mano —por supuesto que no todas son material para venta...— los colores se le fueron a la cara al castaño cuando vio cierta fotografía específica —pero algunas quedarían muy bien en una camiseta, pienso yo— sonrió el fotógrafo.

El híbrido guardó al instante todo de regreso en el sobre, viendo de reojo la cara del otro, abochornado pensando que ni siquiera lo había dicho como burla.

—Quizás tu si puedas convencerlo de lo de la tienda...—

Estuvo a punto de preguntarle en qué concepto los tenía ¿Por qué creía que podía influir en las decisiones de Reborn? se dijo que solo quería desmentirlo, aunque también sentía curiosidad de qué había visto, solo que antes de poder a comenzar a escribir Rubius se lo llevó casi corriendo, siendo perseguido por el vikingo, amenazando con cobrarse una apuesta después mientras el oso le respondía si no le daba vergüenza aprovecharse de un desahuciado.

Luzu enrojeció queriendo casi desaparecer recordando el día bajo el árbol, preguntándose qué tanto había visto Pol, y si creía que en ese momento ya había recuperado su raciocinio.

Pues, en aquel instante, aun teniendo una consciencia más animal, vio el rostro del guardabosque dormitando, acariciado por los rayos del sol colándose entre las hojas y no pudo evitar darle un "beso", o lo que su yo felino interpretaba como uno.

Oraba porque el alcalde de Pueblo 2 no hubiera vistoesa parte.

The Animal Inside of YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora