20. Cueva

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Se había metido en el fondo de una cuevecilla, no lo había pensado, solo quería escapar.

Su mente era una marea de pensamientos y sensaciones incoherentes en disputa, la cabeza le iba a explotar, tenía un pavor irracional a los sonidos provenientes desde el cielo, una parte de él le gritaba que no eran nada, pero no podía lidiar con todo en ese momento, solo huyó, corriendo a través del bosque, mojándose al atravesar el río a toda velocidad, escondiéndose en aquel lugar pequeño y oscuro.

Tenía frío y miedo.

Además algo le decía que no era la primera vez que pasaba por algo como aquello, se sintió tremendamente desesperanzado y solo, no podía pronunciar palabras o nombres, además sabía que sería inútil gritar por ayuda, pues nadie iría en su auxilio; apenas consciente de todo a su alrededor lloró en silencio, apretando sus orejas, intentando aislarse del ruido exterior pues hasta el sonido de las ramas crepitar con el viento era insoportable.

Se asustó al sentir algo muy cerca de él, pero enseguida una calidez lo cubrió, era una persona de aroma familiar, puso algo en sus orejas. Ahora no oía todo ese estruendo que lo confundía y aterraba, o bueno, lo oía débil, en un segundo plano, escuchando mayormente una melodía tranquilizadora. Se sintió arropado y hubiera querido que la voz a su lado sonase más fuerte que la canción, le gustaba esa voz, no entendía del todo lo que decía, pero el brazo que pasaba por sus hombros apretando, dando seguridad, le hacían saber que todo saldría bien y estaba a salvo. Recargó la cabeza en esa persona y dejó que el sueño se apoderara de él.

The Animal Inside of YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora