— ¿Cómo? ¿Qué hiciste? ¿Qué pasó?
Lía había comenzado a disparar sus preguntas aún si las lágrimas seguían cayendo por su rostro impidiéndole hablar de manera continua, mientras sostenía a su pequeño bebé en brazos que le había sido entregado por Río con cuidado.
— Es una larga historia que prometo contarles, pero debemos salir de aquí.
Confiando ciegamente en Río salieron de la casa ayudando a los padres de Ian quienes se encontraban en mal estado, mientras el pelirrojo se quedaba atrás, dirigiendo su vista a un punto en específico de la vivienda, ahí donde ellos no lo sabían pero se encontraba una escena no apta para cardíacos.
El pelirrojo retrocedió sobre sus pasos, buscando sin apuro algo que le sirviera para incendiar todo el lugar. Todo habría sido más fácil si en ese mundo existiera la gasolina, pero tuvo que contentarse con prender entre esfuerzos solo las estructuras de madera que no ardieron tan rápido como esperaba.
Observó su obra desde el exterior, más relajado cuando notó el humo que comenzaba a salir desde las ventanas y el olor a quemado que se extendía rápido.
— Vamos a casa —declaró incitando a sus amigos continuar la caminata.
Sus ojos de tanto en tanto se dirigían al pequeño bebé dormido en brazos de Lía. Su hermoso cabello negro brillaba como el ónix, y no había visto sus ojos, pero esperaba que fueran tan verdes como los de Lía.
Entonces posó su mano de manera inconsciente sobre su vientre, con un revoltijo de emociones al imaginar a su futuro hijo, esperaba que fuera tan bello como ese bebé, heredando toda la hermosura de los Nova y siendo una réplica exacta de Leon.
Qué feliz sería.
— ¿Leon no vino porque estaba en una misión?
Esa pregunta realmente no iba a salir de su boca, solo era algo que estaba rondando en su cabeza e iba a aguardar hasta llegar a la mansión y sorprender a su futuro esposo. Sus compañeros, sin embargo, detuvieron su andar tan pronto lo escucharon, sin darle la cara, siendo invadidos por un miedo irracional. Leon ya había perdido la cordura debido a lo sucedido con Río, ¿Qué le sucedería al pelirrojo cuando le dijeran lo ocurrido hace tres años?
— ¿Muchachos?
— Leon está en Lirian.
— ¿Está ayudando a reconstruir la ciudad o algo luego de lo que pasó?
— Supongo. Algo como eso.
— ¿Entonces por qué no me lo dices mirándome a la cara, Liam?
— Todo está bien, Río. Continúa caminando.
— Solo dime dónde está.
Molesto porque su amigo no quería explicar bien el asunto, y su amiga no había abierto la boca desde que hizo la pregunta, se plantó fijo en el piso sin dar un paso más, en una clara protesta hacia ese par que aún le daba la espalda.
Las respiraciones de los dos jóvenes habían comenzado a agitarse un poco, estaba seguro que se vendría una discusión a gritos. ¿Tan difícil era decir algo sencillo?
Entonces Río retrocedió un paso sin darse cuenta, recordando las palabras que las hadas le habían dicho antes de enviarlo a Loton. "Toma esto", "Y cuando veas a tu esposo entiérrala en su corazón", "No nos mires así, las involuciones, como las llaman en tu pueblo, no son realmente tal cosa", "¿Cómo cruzaste de nuevo?", "Así que moriste".
Un jadeo horrorizado abandonó sus labios y dio otro paso más lejos de ellos, negando una y otra vez lo que su mente ya había determinado.
— Río.
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DRAGONES (Borrador)
FantasiaRío trabajó durante casi toda su vida bajo las órdenes de la mafia creando así una personalidad un poco retorcida. El peor error que pudo cometer un día dejándose llevar por la avaricia fue robarle a su propio jefe, con quien saldó la deuda cuando l...