Queremos que nos quieras, Jo.

Golpes.

Ese imbécil de Isaac Harries, su rostro tendría mi puño marcado apenas tuviera la oportunidad de acercarme.

Menudo mujeriego que era. ¿Cómo se me había pasado por la mente que yo era importante para él? Vale, yo si que había empezado todo en la cena pero estaba muy relajada por ese vino y el lo sabía, como si nunca hubiera estado rodeado de chicas ebrias con tan solo un trago. Pudo haberme detenido ... Otra vez.

Si fuera un verdadero caballero no hubierado hecho lo que hizo, o al menos esos momentos en aquella tumbona hubieria Sido lo único que nos uniera físicamente pero no... El había venido a por más y decidió tomarlo de forma descarada. ¿En un baño? Yo también tenía culpa, jamás en mi mente hubiera existido la posibilidad de tener un encuentro físico con alguien en un baño. Pero Ash, dejé que hiciera parte de lo quería conmigo para luego ver qué estaba acompañado.

¿A Isaac le gustaba lo dulce? Porque en la cena tardó mucho en acabar su pastel, pero había ido a aquella heladería. Quizá no por voluntad propia, Angie era la razón. Claro, ella era dulce, por supuesto que le encantaría el helado.

Lo que no le encantaría saber es que otra cosa había hecho, su querido Isaac, antes de meterse y hacer la cola para ordenar.

Descarado del infierno.

Me había fastidiado la tarde, algo se sentía feo en mi pecho. Mis ánimos estaban bajos y deseaba llorar. Que tonta había Sido. ¿De esta forma de siente una persona que se entromete en una relación?

Porque Angie e Isaac tenían una relación, algo diría, tóxica y poco honesta: Angie no tenía planes de contarle a Isaac que se había besado con Shawn y él no tenía planes tampoco de contarle sobre sus pequeños acercamientos a mí. O no le importaría, Isaac era un desinteresado.

¿A ella le habría dolido descubrir la razón por la cual lo habían golpeado? Porque lo dudaba. ¿O quién sabía? Allá ellos con su alboroto.

Me pregunté ¿Qué podría afectarlo? Verdaderamente. Dañarlo con fuerza, llegar hasta el fondo de lo que sea que hubiera en su pecho.

Daría lo que fuera por verlo mal, no para sentirme mejor pero si por curiosidad.

¿Isaac lloraría? ¿Isaac mostraría sentimientos propios de una persona humana?

Bah, claro que sí. Él quiere a sus hermanos, que digo, los ama.

Eso lo sabía, en la heladería había hablado de Fancy como si no fuera la gran cosa hasta que supo que Sebastián estaba involucrado. Cada centímetro de desinterés fue reemplazado por curiosidad y preocupación.

Si, a ellos si los amaba y les mostraba lo que no hacía con el resto del mundo.

¿Isaac algún día se casaría? ¿O sería ese tío rico y soltero con muchas manutenciones que pagar? ¿Qué era lo que deseaba? ¿Tendría aspiraciones que fueran más allá de lo carnal?

Si tuviera hijos... ¿Los amaría, les mostraría su mejor versión, querría mejorar... Por ellos?

Diablos, pensar en un pequeño con ciertos rasgos de Isaac hizo que mi cabeza doliera un poco.

Era hermosamente doloroso primero porque, sin duda, el pequeño (porque lo imaginaba siendo un chico) sería bastante bonito, y segundo porque su madre sufriría no solo por él sino por su padre también.

Me tratas muy mal, Isaac.

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En la noche le conté a Denisse lo que había sucedido, fui a su habitación. Creo que allí mi sinceridad salía a flote y lo necesitaba, necesitaba alguien con quién pudiera hablar y Denisse se había ofrecido. Aprovecharía, a su vez, para decirle que le había comprado un helado.