Amigos.

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Habla ya. Discúlpate. Di que lo sientes y que todo fue un accidente.

Él lo entenderá, Sebastián se guía por la lógica. Si hablas con él, puedes mostrarle que no es más que un malentendido.

Era tan sencillo en mi mente, pero con la presencia de Sebastián, notablemente molesto a mi lado, las cosas se complicaban tornándose imposibles.

Me iba a ahogar con el inmenso nudo que tenía atascado en la garganta. Mi mente decía: ¿Por qué lo hiciste, Jo? ¿Por qué eres tan entrometida? ¡Métete en tus asuntos!

Pero en mi interior... En mi cabeza, mi lógica decía: hiciste bien. Actuaste como una amiga preocupada.

Sebastián podría no estar en peleas ilegales pero ¿Cómo iba a saberlo? Con esos moretones, daba mucho que imaginar.

Soy una buena amiga. Soy una buena amiga.

Estuve repitiendome eso hasta llegar a nuestra calle, cada paso era un momento menos antes de dar la cara, hasta que Sebastián se detuvo. Yo iba a seguir caminando, pasar por su lado.

Cobarde, Jo.

Cobarde pero no afortunada.

Sebastián tomó mi brazo, no con un agarre fuerte solo para detenerme. Luego esto se volvió una suave caricia cuando me giré.

— Josephine... ¿Acaso estás...

No estoy enamorada de ti, Sebastián.

— ¿Obsesionada conmigo? De verdad.

¿Qué? Mi rostro mostró toda la estupefacción que pude. Él pensaba que yo estaba... Obsesionada... Por él.

Qué locura...

Me recompuse— ¡No! No. Yo no... Fue un accidente que...

— Josephine, no soy Shawn: no tienes que decir lo que piensas que quiero oír. Tampoco soy Isaac: no voy a criticarte hasta por respirar—me informó observandome directamente— Solo quiero la verdad. ¿Podrías...

— Estoy preocupada, Sebastián... Por ti—ante mis ojos, dudó—Llevo días viendo esos golpes de todos los colores, y solo tienes quince. No es normal, yo creí que quizás por tu forma de ser... Bueno, tu podrías... Estar en eso.

— ¿Solo porque soy callado significa que debo llevar un infierno por dentro y pagar con el resto eso?

¿Por qué la cagamos tanto?

— Sebastián, no utilices esas preguntas confusas conmigo ¿Vale? Eres el hermano de Shawn y de Isaac. Yo tengo hermanos, claro que iba a estar preocupada. No me obsesionas.

Pero me pareces interesante que es un nivel más sano de obsesión.

— ¿Vas a decirle a mis hermanos de esto?

Debería. Eres un chiquillo. Tienes problemas, y debes resolverlos. ¿Por qué ocultar algo así? Tus hermanos podrían hasta inscribirse contigo.

¿Por qué no...?

— No lo haré—ya me sentía bastante metiche como para que ahora quisiera acusarme de soplona—No es mi problema. Solo ve con más cuidado, y oculta esos moretones mejor.

Hice una mueca, no podía sonreír. Nuevamente, por preocuparme salía con las tablas sobre la cabeza.

— Josephine, espera un segundo—otra vez su mano pero encima de mi muñeca— Por favor, volteate.

No lo hice. ¿Y si lloraba? ¡Qué humillación!

En cambio, se plantó enfrente mío. Deseé no ser tan alta porque así él no podría ver cómo mis ojos empezaban a empañarse.

Queremos que nos quieras, Jo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora