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Dejándose encauzar por esa voz tan sublime e irreal que lo tenía hipnotizado, y con su lobo doblegado contra el piso por la dulce voz, siguió caminando en medio de las flores teniendo cuidado de no maltratarlas

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Dejándose encauzar por esa voz tan sublime e irreal que lo tenía hipnotizado, y con su lobo doblegado contra el piso por la dulce voz, siguió caminando en medio de las flores teniendo cuidado de no maltratarlas.

Y a lo lejos lo vio, su melena obscura sobresalía en medio de las flores, sus pies se movieron por sí solas como si tuvieran vida propia y sin darse cuenta ya se encontraba parado detrás de su bonito serafín, admirandolo en silencio para no asustarlo.

Pero lo que lo tenían cautivado a él y a su lobo era la hermosa voz del omega, no se comparaba en nada a ninguna sinfonía creada en la tierra, porque la voz del omega sonaba a sinfonía celestial. Young Saeng poseía la voz más hermosa que nunca antes había escuchado en toda su miserable vida como mortal, pues el omega estaba entonando una canción muy bonita con su preciosa voz mientras regaba las flores.

Una imagen tan irreal e inverosímil ante los ojos expresivos e hipnóticos del alfa haciéndolo dudar de la existencia del omega.

Queriendo atesorar esa sublime y etérea imagen en su mente para siempre.

Ante los ojos del alfa, Young Saeng lucía como un ser divino que no pertenecía a este mundo, un ser ilegal en esta tierra.

Moviendo su nariz inquieta, el lobo dejó caer las orejas y la cola hacia atrás rendido con tan semejante imagen etérea del omega y por su dulce y rico aroma que opacaba los demás aromas del ambiente, inconscientemente el omega lo doblegó.

Y Hyun Joong aceptando su derrota, permitió que la sinfónica voz del omega hicieran de las suyas en sus oídos, cerrando los ojos se dejó llevar por la cálida sensación que acariciaba dulcemente su interior, parecido a una brisa fresca acariciandolo suavemente en un día de verano.

Solo salió de su trance fantasioso cuando sintió unos labios bonitos y húmedos posarse sobre su mejilla derecha, abrió los ojos y lo vio, tan etéreo y bonito como siempre, sonriendole con cariño y dulzura.

—Bolita de algodón.

—¿Bolita de algodón? —se cruzó de brazos, sorprendido. Era la primera vez que Hyun Joong lo llamaba con un apodo como ese, más que una queja le pareció tierno.

Tomándose con cuidado del brazo de Hyun Joong para no hacer caer la charola de comida al piso, lo guió hasta un frondoso árbol de cerezo, y ambos se sentaron debajo de él en el pastito verde. Permitiendo que la copocidad de las hojas del bonito árbol les protegiera de los fuertes rayos ultravioletas.

Dejando la charola sobre el pasto, Hyun Joong jaló a Young Saeng sobre él haciéndolo sentar a horcajadas sobre su regazo. Y besó sus labios profundamente, beso que fue aceptado por el omega.

Y antes de apartarse dejó un tierno besito en su frente.

—Hyunnie~ —el mencionado besó su nariz con cariño haciéndole reír bajito.

¡MARCAS DEL DESTINO! [Omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora