¡MARCAS DEL DESTINO! [Omegaverse]

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Terminó de poner el último cuadro de pintura en la pared de su habitación y dejo caer su cansado cuerpo sobre la blanda y suave cama. Había tenido que reparar, decorar, remodelar y pintar la casa de nuevo; limpio la alberca, arregló el jardín y la amplia cochera, aunque su padre dejó a varios encargados que se encargarían de mantenerla limpia y cuidada no era lo mismo que hacerlo él mismo, después de tantos años de abandono su casa necesitaba una limpieza y remodelacion a fondo.

Le llevó más de un mes hacerlo, sin contar la semana que estuvo internado en el hospital a causa de su bebé cachetoncito que casi lo manda al otro mundo; sino ya lo hubiera terminado hace tiempo. Su casa no era la casita de la barbie como para armarla y desarmarla cuando se le diera la gana, era tremendamente grande y espaciosa. Le tomaba tres horas en terminar de recorrerlo.

Soltó un largo suspiro por el cansancio y relamio sus labios al sentirlos resecos y cuarteados debido a la falta de hidratacion, pues no había bebido agua desde hace un buen rato y ya sentía la garganta seca.

Como si el Sr. Hwang leyera sus pensamientos entró a su habitación sosteniendo entre sus manos una jarra de vidrio con jugo de frutas y un vaso.

—Es jugo de mandarinas recién exprimidos…Disfrútelo joven. —Sirvió el jugo en el vaso y se lo dio a Hyun Joong, quien encantado lo recibió en sus manos y lo bebió de un sólo golpe.

—Me salvaste la vida… Creí que iba a morir. —El jugo había reanimado sus sentidos y ya se sentía vivo de nuevo para remodelar de nuevo su casa.

—Es bueno para la sed. —Comentó el Sr. Hwang mientras se servía un poco de jugo. Y lo bebió. —Ufff había mugrero por todo lado, hasta en la cocina… Tuve que limpiar de nuevo todo. Parece que los encargados que dejó tu padre no cumplieron con su deber.

—Así parece. —Resoplo.

—Si se le ofrece algo más joven Kim, estaré en la cocina por cualquier cosa. —Dijo Hwang para después desaparecer de la habitación del pelirubio.

Estando ya sólo, Hyun Joong rebusco su celular entre los bolsillos de su pantalón y cuando lo encontró lo sacó, lo desbloqueo y se dispuso a ver todos los contactos que tenía guardado en su celular, hasta que apareció el número de Young Saeng, y una sonrisa boba no tardó en surcar sus labios.

Mi bebé cachetoncito

Cambió el nombre de contacto del menor, y sonrio como un tonto enamorado debido a ello.

Desde que lo salvo de ese patán que tiene como esposo, no lo ha vuelto a ver. El menor le quedó en llamarlo pero no lo hizo, quizás este ocupado, y el tampoco lo ha hecho y ya lo extraña. ¿Sería buena idea llamarlo?

La ausencia de su omega lo está asfixiando y matando literalmente, siente morir en cualquier momento si no lo oye y lo ve una vez más mientras disfruta de su delicioso aroma que lo atrae como un imán. Lavanda y gomitas de duraznos, quiere volver a oler. Si no fuera por que el omega le dijo que está confundido con todo lo que está pasando, estaría con él en estos momentos.