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Hyun Joong miraba descansar a su dulce omega en aquella cama del hospital mientras lo acariciaba dulcemente su bonito rostro. Aquel rostro inocente y angelical que testimoneaba inmaculada inocencia estaba pigmentado por las lágrimas del omega.

Young Saeng había llorado tanto hasta quedarse sin lágrimas y caer en la inconsciencia. Los médicos tuvieron que medicarlo después para que pudiera descansar tranquilo y sus nervios no estuvieran alterados cuando despertara.

-¿Que tanto te han hecho, mi amor? -La preocupación y angustia hicieron acto de presencia en cada filamento del cuerpo de Hyun Joong dolorosamente, retiró unos mechones de cabello de la frente del menor y lo puso detrás de su oreja. Le secó las lágrimas y volvió a acariciar su bonito rostro.

-Hyun Joong, ¡¿como esta mi hijo?! -pregunto JoonGi todo alterado, entrando a la habitación en donde recepcion le había indicado que estaba su hijo. -¿Pero...que sucedió? ¿Porque está así? -se acercó a la cama en donde descansaba su hijo y tomó sus manitos entre las suyas transmitiendole protección de padre afectuoso y benévolo.

La última vez que vio a Young Saeng así fue hace seis meses atrás cuando YunHo le dijo algo desagradable y como consecuencia el omega fue a parar al hospital. No sabe exactamente que fue lo que le dijo YunHo esa vez a Young Saeng porque este lo olvidó, pero Young Saeng esa vez también había tenido un ataque de nervios y pánico, no sabía en dónde estaba parado y no dejaba que nadie se le acercara, sobre todo alfas.

Temblaba de miedo como gelatina cuando algún alfa se le acercaba, así sean médicos el omega no paraba de emitir chillidos de auxilio llamando a su alfa, aunque en ese tiempo Young Saeng no tenía alfa no podía evitar llamarlo por si lograba atraerlo. Y solo omegas tenían permitido acercársele; pero con la debida precaucion para no asustar más al omega ya que ante el más mínimo movimiento en falso Young Saeng quería salir corriendo para buscar un refugio seguro.

-Mi retoñito~ -JoonGi lo cargo entre sus brazos a lo que su bonito hijo escondió su naricita en su cuello y gimió gustoso mientras lo rodeaba con toda confianza su cuello, parece ser que el omega en medio de su dormido reconoció el olor de su padre.

Hyun Joong miraba con estupor el actuar extraño del alfa mayor con su hijo; JoonGi se derretia de preocupación y angustia de ver en las condiciones lúgubres en la que se encontraba su hijo, tan voluble y expuesto y con ese semblante decaído y triste. Su pecho se oprimio dolorosamente, sacándole un jadeo de dolor y su lobo también lloro; su cachorro no merecía sufrir, merecía ser feliz.

Y para eso, debía primero sanar sus heridas que aún siguen sangrando por el horrible trauma que vivió. Y sólo con Hyun Joong lo ha visto sonreír tan naturalmente; esa bonita sonrisa de hoyuelos jamás creyó volver a ver de nuevo. Young Saeng no sonreía, no jugaba, no salía con amigos, no tenía amigos, no tenía citas, parecía un cadáver viviente.

¡MARCAS DEL DESTINO! [Omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora