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Era un martirio tener a Hyung Jun tan cerca y a la vez tan lejos, Hyung Jun ya no se le acercaba como antes para preguntarle cómo le había ido ó como estaba, no le mostraba ese interés como antes y ya no compartían los mismos horarios para almorza...

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Era un martirio tener a Hyung Jun tan cerca y a la vez tan lejos, Hyung Jun ya no se le acercaba como antes para preguntarle cómo le había ido ó como estaba, no le mostraba ese interés como antes y ya no compartían los mismos horarios para almorzar, el menor terminaba más temprano con sus labores e iba a la cafetería para almorzar antes que todos.

Cuándo creía que por fin podía hacerle compañía, ya era demasiado tarde porque el menor ya había terminado de comer o porque aparecían los demás médicos para almorzar. Y no le quedaba de otra que quedarse con ellos para no terminar solo y abandonado.

Después de todo lo que sucedió, el omega había cumplido con su promesa, le había hecho entrever que habian terminado oficialmente su relación sin haber iniciado una relación formal.

Hyung Jun no era ese tipo de omega que anda rogando a los alfas, cuando toma una decisión lo lleva hasta el final.

Su indiferencia, frialdad y desinterés lo pudo notar estas semanas, su tono de voz cortante y volviendo a utilizar esas medicinas de omegas para neutralizar su olor. Hyung Jun no permitía acercársele. Tanto esfuerzo que le costo con pedirle que no utilizara neutralizadoras porque lo estaba cortejando, echados a la basura.

Y de tan delicioso que huele, y desde ese día su leon anda deprimido y triste, añorando la cercanía del omega.

—¿Ya se va Dr. Kim? —Uno de los doctores aguardó al omega en la entrada de la cafetería, Hyung Jun le miro y asintió con la cabeza. —Deberías acompañarnos Dr. Kim…Desde hace varios días noté que usted nos anda esquivando. Pareciera que se estuviera ocultando de alguien, y no debería ser así. —Le acarició suavemente la mejilla a Hyung Jun, ganándose una leve sonrisa del omega y un fuerte gruñido del alfa que lo acompañaba.

—¿Que fue eso Dr. Park? —Preguntó otro médico que llegaba a la cafetería para almorzar. —Usted, gruñendole al Dr. Lee como si le gustara el Dr. Kim. —Quizas era una broma fuera del lugar, pero aquello sonó bastante incómodo para Jung Min y Hyung Jun. Pero el omega terminó riéndose por lo ridículo que se escuchaba eso.

—¡Tu, ven conmigo! —Jung Min agarro del brazo a Hyung Jun y lo sacó arrastrando de la cafetería, cuando ya estaban lo suficientemente alejados del lugar, lo soltó. —Si, acepto…La fregué, pero ella no me interesa, me interesas tú. —Lo dijo, mirándolo fijamente a los ojos a Hyung Jun.

Hyung Jun alzó una ceja, incrédulo.

—Dejame tranquilo, Jung Min. —El omega le gruñó, molesto.

Jung Min tironeo de su brazo para acercarlo a su cuerpo y besarlo, le dolía mucho cuando Hyung Jun le trataba con indiferencia y frialdad, cuando le daba la espalda e ignoraba su presencia. Cuando le hablaba de manera tosca, brusca y cortante.

Hyung Jun se movía desesperado tratando de apartar el cuerpo ajeno del suyo, pero Jung Min ejercía más presión en sus músculos acercándole a su cuerpo mientras le besaba los labios. Por más fuerza que ejercía en contra de la fuerza bruta del alfa, terminaba siendo vencido por su diminuta fuerza por ser omega y al final terminó cediendo a las caricias que Jung Min le daba en el cuerpo y a sus besos.

¡MARCAS DEL DESTINO! [Omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora