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~Así como terminaste arrebatándome todo, ahora es mi turno de arrebatarte todo lo que amas… Porque estoy dispuesto a recuperar lo que siempre fue mío… ¡Cuídate la espalda!

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~Así como terminaste arrebatándome todo, ahora es mi turno de arrebatarte todo lo que amas… Porque estoy dispuesto a recuperar lo que siempre fue mío… ¡Cuídate la espalda!

Leyó por milésima vez el mensaje que le había llegado de un número desconocido hace cinco días atrás.

Debió de haber evitado este escenario tan horrible y devastador con anticipación, pero a cambio de ello decidió cerrar los ojos ante la realidad, cuando las señales saltaban a la vista.

Siempre debió estar alerta y prevenir lo que ocurriría para que nada de esto estuviera pasando, y más aún cuándo su mismo lobo le mandaba las señales de alarma de que algo malo estaba por venir y debía tener cuidado, pues este comenzó a tener una actitud un poco extraña que decidió ignorar en su momento, ya que creía que por el estado del omega era lo más normal del mundo. Un sobre-protector lobo alfa protegiendo de su omega embarazado.

Su lobo se mostraba tan malditamente ansioso, daba vueltas en círculo para luego gruñir sin querer a la defensiva.

Sin querer se encontraba ya gruñéndole a cualquier alfa que se acercaba a su omega sin ninguna mala intención, tal vez por eso no lo presintió, creía que era para espantar a esos alfas que se quedaban mirando como bobos a su tierna pareja cuando en realidad había otros sentimientos de por medio.

Mismos sentimientos que ahora mismo lo estaban haciendo sentir culpable y asfixiando con una fuerza descomunal, porque desde hace cinco días no sabe nada del paradero de su bonito omega, pues este desapareció misteriosamente de la sala de partos después de haber dado a luz a un hermoso cachorrito varón. Apenas Young Saeng lo sostuvo en sus brazos, para que después desapareciera de la sala de partos y de la clínica sin dejar rastro alguno.

Muy en el fondo sabía perfectamente que YunHo tarde o temprano vendría por Young Saeng, ese alfa había desarrollado una obsesión enfermiza con el omega. Y más aún cuando está despechado y resentido por lo ocurrido.

Pero maldita sea, ¿como iba a saber que YunHo acudiría a sus truquitos enfermizos para robarse al omega ante la vista de todo el mundo? Y quien sabe dios cómo esté, o que le estará haciendo a Young Saeng.

Cualquier cosa podría sucederle a su omega, estando con ese psicópata.

Y con sólo imaginárselo, la piel se le pone chinita, su corazón duele y su lobo no deja de inquietarse y estar más deprimido a tal grado que siente morir sin tener la compañía de su omega destinado. Pues desde hace cinco días ha venido sintiendo a través de la marca de unión todas los sentimientos negativos que le envía el omega, asegurándole que no se encuentra bien. Por el lazo, Young Saeng había logrado llamarle, diciendo que lo ayude. Que lo salve, que lo rescate de ese maldito enfermo que quiere hacerle daño.

Y sobre todo, no había dejado de sentir una sensación rara en el cuello, la misma zona en donde le dejó a Young Saeng una bonita marca de unión.

Ardor. Picazón. Dolor.

¡MARCAS DEL DESTINO! [Omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora