¡MARCAS DEL DESTINO! [Omegaverse]

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Cuando decidió faltar al trabajo por unos días y por obvias razones personales, debió de haberse preparado mentalmente para afrontar las consecuencias. Y eso significa que no saldría de la compañía durante todo el día hasta terminar de revisar y firmar varios papeles importantes que beneficiarán considerablemente a la compañía.

Y ya no sabía de dónde salía tantos papeles, ¡quizás eran mágicos!, porque desde muy temprano llevaba revisando y firmando varios documentos de contrato y otras con ideas excelentes para el lanzamiento de un nuevo producto y no había cuando acabar.

Y justo ahora sobre su escritorio descansaba otra tanda más de bloques de portafolios que faltaban por revisar y firmar.

Parece que los socios inversionistas y los de la sala de marketing estaban ansiosos con lanzar un nuevo producto de belleza al mercado. Sólo bastaba con mirar los bloques de portafolios ya revisados y firmados que yacían al lado derecho de su escritorio.

Pero sus pobres deditos no decían lo mismo cuando pedían llorosamente un merecido descanso y sus ojitos lagrimeaban de tanto leer. Agarrando un pañuelo limpio, retiro las lágrimas de sus ojos que le empañaban la visión; con su vista cansada ya estaba mirando manchas negras en vez de letras.

Felizmente tenía a Hyun Joong a su lado, ayudándolo. Sino la situación sería diferente.

—Deberíamos tomarnos un descanso. —pronunció Hyun Joong viendo el cansancio reflejado en la dulce mirada de su omega.

Habían pasado toda la mañana revisando y firmando un montón de papeles sin descanso y ya eran casi las dos de la tarde, y era obvio que el agotamiento no tardara en hacer acto de presencia en sus cuerpos. Y más aún con el estómago vacio, trabajar sin comer a cualquiera le pasa factura.

—¿Te parece si pido comida por delivery? —le preguntó al omega, quien asintió mientras frotaba sus ojos debido al cansancio.

Después de realizar una llamada a un restaurante de comida rápida, Hyun Joong le presto más atención a su bonito omega dándose cuenta que Young Saeng no dejaba de frotar sus ojos, con insistencia.

Preocupado, se levantó de su asiento y caminó rodeando el escritorio, para después inclinarse hacia adelante y quedar a la misma altura a la del omega.

—Déjame ver… —le dijo al menor, quien obedeció retirando las manitos de su rostro y Hyun Joong reprimió un gruñido de enojo que quedó atorado en su garganta al ver la bonita piel de su omega de un tono rojizo y adornado de varias y leves lesiones cutáneas.

La hermosa piel blanca de su bonito serafín había reaccionado a algún componente desconocido que demandaba reacciones alérgicas. Young Saeng intentó abrir los ojos pero no pudo, porque el ardor que sintió después lo hizo chillar de puro dolor.

—¡Dios mío! —gruñó bajo.

—Ah, ah, ah, arde~ —comenzó a abanicarse con sus ambas manitos con desesperación para aliviar el ardor y dolor que sentía en sus ojos y piel. —A-arde~ a-arde~ a-arde~ —trató de frotarse otra vez los ojos, pero enseguida Hyun Joong le apartó las manos de su rostro.