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En las afueras del hospital, se encontraba un omega de mechones oscuros haciendo una pataleta bastante infantil por el bochornoso momento que acababa de pasar

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En las afueras del hospital, se encontraba un omega de mechones oscuros haciendo una pataleta bastante infantil por el bochornoso momento que acababa de pasar. Las personas a su alrededor le miraban raro, curiosos y algunos extrañados, pues el menor estaba tirando furiosamente de sus cabellos negros como si hubiera enloquecido.

En estos momentos quería que la tierra lo tragase entero y lo escupiera en Marte, porque estaba tan avergonzado de sí mismo por ser tan torpe y descuidado. Solo quería cuidar del alfa y no este que cuidara de él. Y el corazón le estaba latiendo descontrolado como si en cualquier momento saldría brincando de su boca al recordar cómo tenía el rostro del alfa muy cerquita al suyo, robándole el aliento y el espacio personal.

Ese alfa era tan hermoso como el mismo dios griego personificado en la misma mortalidad. Ni que decir de su olor, era tan delicioso y único, le encanta los días lluviosos porque la tierra húmeda emite un olor tan exquisito que lo vuelve loco. ¿Porqué ese alfa tenía que emitir ese olor? ¿Porqué tenía que existir alguien así? ¡Y la leña tenía que acompañarlo! Ese alfa estaba logrando tentarlo. Quería olerlo otra vez, jamás había reaccionado ante las feromonas de un alfa, pero ese alfa pelirubio lo tenía como un chiquillo hormonal descubriendo por primera vez su sexualidad.

Era extraño que reaccionara así, porque por primera vez no sintió aspavientos, repulsión, temor, pánico, pavor ó horror hacia un alfa. Ya que continuamente su cuerpo sufría de espasmos cuando algún alfa se le acercaba, hasta con la cercanía de su propio esposo su cuerpo tiritaba sin que se lo proponga.

Pero con Hyun Joong sucedió algo distinto, se sintió protegido, seguro y hasta cómodo con su presencia. Sintiendo miles de emociones instalarse en su pecho de una forma tan cálida y armoniosa, donde también le provocaba cierto temor. Porque jamás se ha aventurado en ese terreno que para muchos es considerado la jungla más maravillosa y para otros un infortunio sufrimiento. Considerando tambien que jamás se ha enamorado de alguien ó sentido una simple atracción, pero el bonito alfa pelirubio estaba sacando a flote unas emociones que desconoce por completo, y teme descubrir.

—Tonto, tonto, tonto… Eres un tonto por tropezar de esa forma. —Se reprende así mismo mientras sigue tirando de sus cabellos negros por la vergüenza que no se quiere ir; pues su mente recrea una y otra vez la escena de cómo cayó en los brazos de Hyun Joong. —Young Saeng cálmate, cálmate, cálmate. —Comenzó a darse leves golpesitos en sus mejillas con sus ambas manitos, tratando de disipar esas emociones que lo hacen sentir raro. Y su lobo que no le ayuda para nada en estos momentos, pues estaba correteando y aullando de felicidad dentro de su pecho porque disfrutó de la cercanía del alfa.

Hasta que el sonido de una llamada entrante sacaron violentamente a humano y lobo de su escrutinio momento. Young Saeng sacó su celular del bolsillo de su pantalón, y cuando vio el número de contacto en la pantalla, gruñó molesto. Que cínico era al llamarlo después de lo que vio en la mañana.

¡MARCAS DEL DESTINO! [Omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora