OFFICE (Omegaverse)

E-Wx2

Wiliam gemía sin control mientras sentía a Edward entre sus piernas, moviendo su lengua como un maldito experto.

— Edward...— gimió llevando una mano a la manta de rizos que subía y bajaba entre sus piernas.

Y es que Edward estaba fascinado con el sabor de aquel lobo, nunca había probado algo igual, nunca había sentido la necesidad de deborar a alguien como lo esta sintiendo justo ahora con el pequeño william. Edward estaba arto de su Omega, no era lo que esperaba, paso muchos celos con esa mujer y la verdad era una mierda. La mujer era lenta, terminaba muy rápido y no lo dejaba dominar, algo totalmente estúpido por qué Edward es un completo dominante, sin embargo con Wiliam era algo totalmente diferente, por qué era dominante pero intenso y delicado mientras que el es Dominante y brusco, una lucha entre quien manda a quien.

El rizado detuvo sus movimientos cuando logro sentir el miembro palpitar sobre su lengua, subió la mirada observando la respiración frenética que el lobo mantenía, espero unos diez segundos hasta que una mirada totalmente seductora lo observara y no sabía si terminar o seguir mirando esos safiros dominar todo su sistema.

— házlo...— el susurro de Wiliam sonó más como orden que como petición, así que no lo pensó mucho cuando hundió de nuevo su cavidad vucal a ese palpitante miembro, obteniendo una mirada satisfactoria cuando  Wiliam llegó a su punto, apareció una sonrisa risueña en ese rostro angelical mientras sentía el líquido espeso y caliente llenar todo de el, con rapidez lo trago, era un sabor delicioso, tierroso, húmedo... Como a raíz.

Salió de ese miembro ahora flasido solo para subir a el cuerpo de Wiliam, quedando cara a cara con el.

— Gracias pero aún... Seguir molesto— gruño cruzando sus brazos sobre su pecho. El lobo menor sonrió antes de bajar solo un poco su cabeza, comenzando a frotar su nariz en la mejilla colorada de ese hermoso lobo, llenando sus pulmones de aquel aroma embriagador.

— ¿ya no seguir?— Edward salió de su transe al escuchar esas palabras, frunciendo el ceño con rapidez.

— ¿Que? ¿Tu quieres?— parpadeo perplejo cuando obtuvo una respuesta positiva. Edward estaba acostumbrado a no seguir, si su Omega termina, ya no se hace nada más por qué está duerme y olvida que Edward tiene una maldita erección con la cual no puede hacer nada por qué Olivia le prohibió tocarse.

— si, si, no ser suficiente para mi— sonrió cuando esos esmeraldas lo miraron pero con un tono melancólico.

— Alfa, besito.. beso— su boca se hizo una trompita esperando los labios de Edward sobre los suyos, el lobo se sorprendió por segunda vez, Olivia no permite besos después de un sexo oral, de hecho la última vez que lo intento lo había agredido verbalmente algo que sin duda es traumante para el lobo.

— ¿beso?— pregunto aún sorprendido observando a Wiliam sonreír.

— si, si, besito, ¡muak! ¡muak!— exclamó antes de tomar las mejillas del lobo acercando el rostro a el suyo.

—¿no querer besito?— pregunto  con un leve puchero en su rostro. Edward no podía creer lo idiota que había sido al rechazar tremendo lobo.
Temeroso de recibir una bofetada, junto sus labios, dando inicio a un beso totalmente meloso entre risitas risueñas por parte de wiliam y movimientos temerosos de su parte, un beso que sin duda era lento y suave pero que a la vez era intenso, el sabor era sorprendente, la mezcla entre sus bocas era tan adictiva que Edward no quería separarse, pero vaya la sorpresa de que sus pulmones lo necesitaban.

Al separarse noto un sonrisa en el rostro de wiliam la cual desapareció al hacer una mueca de dolor, asustado de que hizo algo malo, se alejo, pero wiliam lo detuvo, tomando sus mejillas de nuevo.

— Puedes darte prisa, duele — bajo su mirada a la entre pierna wiliam, notando una erección bien formada, de nuevo se sorprendió, Wiliam estaba listo para tener sexo con el después de que hace unos minutos se corriera.

— ¿por qué así?— Pregunto ladeando su cabeza. El rizado frunció el ceño antes de preguntar.

— ¿así como?— pregunto.

— sorprendido—

No dijo nada, solo comenzó a dejar besos por todo el cuello acaramelado del lobo, dejando con la duda a Wiliam.

Los besos se detuvieron justo en el pecho del lobo, en el lado izquierdo, donde el corazón nace. Curioso acerco su oído aquella parte, escuchando los latidos que poco a poco comenzaban a acelerar, suspiro feliz por qué el era quien provocaba aquello, regreso a su postura antes de dejar un casto beso ahí, sintiéndo a Wiliam comenzar un ronroneo.

— bonito...— susurro contra su piel antes de seguir con su tarea de besos húmedos por todo el cuerpo. La piel de ese lobo no era salada, de hecho era dulce y melosa, como miel pero miel tierrosa.

Terminando con los beso, decidió que era momento, pero antes de abrir esas piernas caramelizadas, miro a Wiliam quien sonreía con emoción.

— ¿Todo bien?— pregunto, Wiliam asintio levantando las manos a su dirección, pidiendo un abrazo.

Edward estaba seguro que sus antiguos pensamientos dónde quería devorar ese cuerpo se habían ido a la mierda, siendo remplazado  por el pensamiento de mimar a ese lobo, llenarlo de besos y abrazos.

Se inclino abrazando ese cuerpo calientito antes de sentir como Wiliam abría sus piernas por voluntad propia, acerco sus labios a los contrarios listo para besarlos, pero Wiliam no dejaba de sonreír y no quería destruir esa sonrisa.
Su miembro dolía por haber sido ignorado durante todo ese tiempo, así que suspiro listo. Alineó su miembro aquella entrada la cual no lograba ver con claridad, sin pensarlo comenzó adentrarlo pero había un problema, uno grande.

— Seguir—

— No, no, lastimar—

Edward se detuvo mientras sentía a Wiliam gruñir.

— ¡quiero mi nudo!— gruño a dirección de el alfa, el cual caminaba alrededor de la habitación sin saber que hacer.
No quiere lastimar a wiliam el cual solo a sido bueno con el.

— ¡Alfa!— grito con molestia mientras cruzaba sus brazos.

— tengo idea—