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—Habla—
—Si verás... amm, ¿Recuerdas el alfa que trabajo contigo? —Pregunto rascando su nuca, su jefe era muy intimidante y más si faltó tres días al trabajo.
—Méndez—Habló, observando lo nervioso que se encontraba su empleado, creando de su rostro un tómate.
—Si... ammm, entro en celo y yo fui a ayudarlo... ya sabes, yo soló...—
—No quiero detalles. Bien, contando que fuiste ayudar a tu alfa te pasaré está vez, pero te pido que la próxima me avises, Niall, hablo en serio. Puedes ir y ayudar a el alfa, pero debes decirme, creí que algo malo te había pasado. Joder— Exclamó señalando al Omega de ojos celestes.
—Si... ammm ¿Y? — Pregunto moviendo sus cejas arriba y abajo.
—¿Qué? —
—La casa apesta a alfa y no eres tú, encontre un traje en el cesto de ropa sucia, la tapa del retrete está arriba lo que significa que es un hombre, así que necesito contexto— Exclamó sacando de Harry una sonrisa.
Contrato a Niall después de encontrarlo en la calle peleando con unos alfas, los cuales querían abusar de él, no sabe mucho del Omega, pero es uno de sus amigos, uno real, en el que puede confiar, le ha demostrado lealtad, algo que es muy difícil de encontrar y más si vives rodeado de traiciones, cómo es su caso.
—Nada en especial, soló Tomlinson—Exclamó sin realmente darle interés, no es como que le importara ese alfa, solo se acuesta con él. Y gracias a la pelea que tuvieron ayer estaba de mal humor.
—Oh... el alfa que odias, oye Harry, nunca me dijiste por qué tanto odio hacia él, solo vienes y te quejas de lo hijo de puta que es. Sabes que Niall Horan necesita detalles— Exclamó antes de apuntarlo con su dedo índice.
—Tendrás esos detalles Nini, solo que cuando regrese del trabajo, si no llego el idiota de Tomlinson me arrancará las bolas— Exclamo tomando una manzana del frutero.
—¡No, no puedes dejarme así!—
—Lo siento Nini, pero tendrás que esperar—
El mundo lo odia, y lo odia totalmente, no tiene duda de ello. Hoy tiene una junta importante, salió dispuesto a ir a su trabajo, hasta que miro la llanta del auto, ¡¡Totalmente desinflada!!, Jodida ¡¡Mierda!! Ahora estaba ahí, pensando a quien llamar, ni de loco se subiría a un transporte público y él... bueno, no sabía cambiar llantas.
—Me voy arrepentir de esto más tarde...—Murmuro para si mismo antes de marcar aquel número familiar.
