3. Bandolera

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3. Entreno

El colmillo vuelve a hincarse en la tostada y salada cáscara de una nueva pipa de girasol. La lengua atrapa la semilla y la condena, y la cáscara pasa rápidamente a engrosar la colección de otras víctimas compañeras alrededor de sus pies. La habilidad de Defteros a la hora de engullir las pipas es, simplemente, sobrenatural.

Hace unos minutos que Aspros le observa desde la distancia, pero Defteros aún no se ha dado cuenta. Está demasiado concentrado en el entrenamiento de los menores. Un entrenamiento que no parece ir del todo bien.

Finalmente Aspros decide hacer acto de presencia a su lado, sentándose cerca mientras deja descansar entre sus pies la bolsa bandolera que siempre le acompaña al trabajo de programador web que desempeña desde hace un tiempo.

- ¿No estás abusando un poco de las pipas? Luego por la noche te mueres de sed...

Defteros ha notado su llegada, pero no se permite quitar ojo de lo que ocurre sobre el campo de fútbol, por mucho que la presencia de Aspros a su lado le reclame, como mínimo, una fugaz mirada.

- O las pipas...o las uñas. Tú eliges.- Una sonrisa es tímidamente esbozada mientras sus ojos se fijan un instante en Aspros y otra pipa pasa a ser víctima del trabajo de su peculiar colmillo.

Los azules ojos de Aspros viajan hacia los horribles dedos que Defteros luce últimamente, con las uñas completamente al ras y diversas heridas alrededor de lo poco que queda de ellas.

- De acuerdo. Pero tráete una botella de agua a la habitación...al menos no te levantarás infinitas veces para ir a beber...- Defteros vuelve a dibujar otra ligera sonrisa, y asiente al tiempo que otra pipa cede a su ejecución. Parece que poco a poco se va sobreponiendo al dolor, o lo vadea mejor, y este pequeño detalle reconforta sin medida a Aspros, que se aguanta las ganas de regalarle cualquier tipo de carícia, menos ahí, cerca de los diversos padres que también siguen el entrenamiento.- ¿Cómo van?

- Mal...si siguen así no jugarán el domingo...- Aspros le mira con interrogación, y seguidamente rueda su mirada hacia el terreno de juego, descubriendo a Saga luciendo piernas de manteca y a Kanon perdido en otra dimensión muy lejos de allí. Ante su silencio y la minuciosa observación de la situación, Defteros decide aclararle más los motivos que le han llevado a pronunciar dicha conclusión.- Saga no se enfrenta a los defensas como sabe hacerlo, se frena...evita los encontronazos y pierde los balones constantemente...

- ¿Y Kanon?

- Pues...o no se entera que le encaran los delanteros...o los derriba sin medir fuerzas. Además, el viejo ése, Shion, su entrenador por si no lo sabes - Aspros arruga el ceño y mira a su hermano con expresión de "sé cómo se llama el viejo entrenador de los chavales" - es malísimo. No sabe liderar a los muchachos. No tiene ni idea.

- ¡Uy sí, ya ha hablado el genio!

- ¿Acaso lo dudas?- Defteros le dedica una divertida mirada de fingida sorpresa que arranca una sonrisa a su gemelo.- Todavía les quedan dos entrenamientos antes del partido, y te aseguro que el domingo jugarán de titulares. Y tú vas a ayudar a que así sea.

El terror ante la idea que Defteros está madurando en su mente invade sin remedio a Aspros. No es usual que ocurra ésto, pero hoy Defteros parece que ha decidido por los cuatro qué hacer el resto del atardecer. El mayor teme que no acabarán precisamente limpios e impolutos, y aunque sus excusas alegando que viste ropa de trabajo de oficina para librarse de las intenciones de Defteros sabe que no serán tenidas en serio, no puede evitar sufrir por cómo quedaran sus nuevos jeans, estrenados apenas unos pocos días atrás.

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