La calma sigue sobrevolando amenazante de tormenta una casa dónde los cuatro hermanos siguen con sus vidas de la manera más ordenada que pueden.
La ausencia de Defteros se nota. Sólo está en casa a partir del atardecer, y es tan grande el cansancio acumulado por las largas horas de trabajo bajo el justiciero sol de verano, que al llegar a casa se deja caer directamente sobre el sofá y se abandona a un sueño que no desprecia hasta que el olor de la cena se filtra por su nariz.
Algunas tardes, si el día ha transcurrido tranquilo y el trabajo con las materias pendientes ha resultado fructífero, Aspros, Saga y Kanon acuden al chiringuito y esperan a que termine su jornada sumergidos en un reconfortante remojo al que Defteros no duda en unirse de cabeza.
Realmente todo parece seguir las directrices de la calma. Saga no ha vuelto a exteriorizar la confesión que compartió con Defteros, y sencillamente parece que lentamente la va asumiendo a su ritmo. Kanon está dócil...extrañamente dócil, dado que evita cualquier tipo de encontronazo con Saga, añadiendo a esta docilidad una gran dosis de distancia física a lo que su gemelo respeta. Los menores últimamente no se pelean, pero porqué sus proximidades se han ido alejando una de la otra incluso en la disposición de la mesa a la hora de comer. Cierto es que a veces sus miradas les traicionan, se buscan y se encuentran, sintiéndose desviadas de inmediato cuando la observación se torna incómoda.
La rutina también ha vuelto a cebarse con los mayores. Pese a la confidencia que Defteros hizo a Aspros, admitiéndole que se estaba agotando de vivir oculto. Pese a la disposición del mayor a revelar y zanjar un tema que no daña a nadie más que a su propia intimidad y necesidad de sentirse unidos en plena libertad.
Y hoy toca repasar Literatura, materia que han suspendido tanto Saga como Kanon, y que por mucho que Aspros no lo admita ante ellos, tampoco nunca ha podido con ella. Su vestimenta y aspecto siguen desconcertando a los menores, que aunque pasen los días no se acostumbran a verle cubierto con ropas tan desenfadadas, luciendo un estilo relajado nada habitual en él. Pero en el fondo, Aspros sigue siendo Aspros, y su inquebrantable determinación de conseguir que Saga y Kanon saquen el curso en Septiembre se ha convertido en un personal reto que no piensa desatender.
Pero hoy toca Literatura...y ni tan sólo el responsable Aspros puede concentrarse cuando toma entre sus manos el libro que deben leer, y el cuál deben analizar, redactando un trabajo que responda ciertas preguntas, complementándolo con un apartado destinado a la reflexión de la historia narrada, análisis y posterior comentario dando respuestas a lo que supuestamente pensaba el autor a la hora de escribir semejante tostón.
- ¿Éste es el libro que debéis leeros? - Pregunta arrugando su ceño en señal de hastío después de haber leído la sinopsis que adorna la contraportada.
- Sí - responden los dos a la vez, hallándose sentados uno a cada punta de la mesa, manteniendo a Aspros en el centro de sus proximidades.
El mayor vuelve a releer la sinopsis, y seguidamente abre el libro, dejando pasar las páginas a modo de abanico para detenerse en una al azar y leer lo que ésta contiene.
- Pero...¡¿pero qué porquería os mandan leer?! - exclama, dejando perplejos a Saga y Kanon, que le observan asombrados antes de mirarse escuetamente y encogerse de hombros ante el Aspros más terrenal que la Literatura escolar está haciendo emerger.
- Pues el que nos hicieron leer durante el curso aún era peor...imagínate...- le aclara Kanon, doblando los brazos sobre la mesa, dónde deja recostar su rostro cansinamente.
- ¿Y cómo lo sabes si ni siquiera lo abriste? - replica Saga, dolido con la explicación de Kanon, la cuál da a entender una falsa realidad - Fui yo el que hice el resumen por los dos...
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Cuatro
FanfictionAU. Un fatal accidente deja a los cuatro hermanos sin más família que ellos mismos. Saga y Kanon deben aprender a vivir bajo la tutela de sus hermanos mayores, el mundo de los cuáles cambia drásticamente, debiendo readaptar su vida y su secreta ruti...