41. Investigación

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Aspros se ve con alguien mucho más mayor.

Esta es la convicción que ahora se ha enquistado en la turbulenta mente de Kanon.

Corroborarlo es la proposición que le ha unido a Saga, convirtiéndole en cómplice de sus pesquisas, consiguiendo que el mayor de los dos se olvide momentáneamente de todas las dudas sobre dibujo, anotadas con doble intención.

Los dos están en la habitación de Saga. Confabularse para llevar a cabo una investigación de dicho calibre es algo que no pueden hacer frente a Aspros. Y tampoco se atreven todavía a pedir unión a su pequeño grupo de exploración a Defteros, considerándole otro sujeto digno de poner en cuarentena en su nueva diversión vacacional.

- ¿Pero te lo ha dicho él?

Saga se encuentra de pie, con la espalda contra la puerta, sólidamente cerrada. Lo pregunta en un susurro pese a la garantida intimidad que les ampara, y la cabezonería de Kanon responde sin pensar.- No. No lo ha dicho claro, pero tampoco lo ha negado. Asi que seguro que tengo razón.

- ¿Y si todo ésto sólo son imaginaciones tuyas? ¿Con quién se iba a ver? ¿Y no nos habríamos dado cuenta? - Saga sigue susurrando sus deducciones, y Kanon frunce el entrecejo fijándose en el desordenado suelo plagado de calcetines sucios que se extiende frente a él.- Piénsalo bien, Kanon...siempre está en casa, nunca sale solo...o casi nunca. Y cuando lo hace es para ir a hacer recados...

- ¿Y si es su jefe? - Kanon lo pregunta alzando la mirada, tratando como sea de hallar razones con las que desmontar la claridad de argumentos de los que goza Saga.

- ¡Su jefe está casado y tiene dos hijas, Kanon!

- Aspros podría ser su amante...

La voz con la que Kanon plantea la última probabilidad pretende sonar intrigante y seductora, pero a Saga sólo consigue removerle el estómago, no pudiendo evitar sacudir la cabeza para lograr librarse de la sarta de imágenes que rápidamente se han creado en ella, no gustándole nada la posibilidad que su hermano mayor...el serio y responsable, se dedique a retozar de escondidas con alguien que le duplica la edad o más, que está a punto de jubilarse y de ser abuelo por tercera vez.

- ¡¿Pero qué dices?! - a Saga la simple idea le repugna y olvidándose de proteger la puerta decide sentarse sobre su cama, al lado de Kanon.- Creo que te equivocas...

- ¡¿Entonces con quién se ve?! ¡A ver, dime!

Kanon le desafía tanto con las palabras como con la mirada, y Saga se sumerge en busca de hipótesis o deducciones factibles, sin ser capaz de dar con ninguna que pueda acallar la locura que está tomando voz en su gemelo.

- ¡Y yo qué sé! ¡¿Te crees que me paso el rato pensando en ésto?! - exclama al fin, encogiéndose de hombros ante la falta de respuesta.

- ¡No, claro! ¡Tú te pasas el rato pensando en lo que hiciste con Afrodita, ¿no?!

Ha pasado de repente. Algo ha mutado en la atmósfera detectivesca que les ha unido rato antes, y la agresividad gestual y el desdén verbal de Kanon vuelven a flote sin que nadie sepa por qué.

- Ya te dije que yo no hice mal a nadie...- se justifica Saga, sintiendo una extraña mezcla de vergüenza y hartazgo por sus propios anhelos y avances.

- Afrodita da repelús...¡al final no sabes ni lo que es!

- ¡¿Pero a ti qué te pasa?! Afrodita es un chico_

- _con cara de nena_

- _con quién me divertí. ¡Ya está! Yo no hice mal a nadie...No como tú...¡Lo que hiciste con Pandora sí que fue pasarse!

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