27. Ayuda

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Definitivamente el día no ha acabado bien, ni para los gemelos, ni para el resto del grupo, contagiado inevitablemente de la tensión que se ha desatado entre dos de las figuras más importantes del equipo.

La hora de la cena se ha presentado más calmada que la primera que compartieron todos juntos, y después de haber saciado los estómagos por última vez en el día, hoy son los juegos de mesa los elegidos para aguardar la llegada de un sueño escaso durante estos días de supuesta libertad y diversión.

Extrañamente Shaka está unido al grupo que juega al UNO, fracturando poco a poco su ostracismo. Pero el que no está acompañando al resto es Saga.

Esta noche ha desaparecido tan bien ha apurado su cena, y agradece que Aioros aún no haya decidido refugiarse en la habitación que comparten. Porqué esta noche Saga se siente despreciado y dolido, física y anímicamente. Su tobillo sigue inflamado, y Dohko ha tenido que proporcionarle adecuadas curas para detener la pequeña hemorragia que los tres tacos de Kanon han desatado. La articulación se presenta vendada, y aunque el fisioterapeuta asegura que no debe preocuparse por ello, Saga arde de rabia al saber que su dolor no ha sido causado por un rival durante un natural enfrentamiento, sino por Kanon y una absurda rabia derrochada contra él, de la cuál no consigue concebir su origen ni mucho menos descifrar su por qué.

Si tan sólo Aspros estuviera allí para poner las cosas en su lugar...

Si al menos Defteros pudiera hacerle reír con sus tonterías de cada día...

Quizás todo dolería menos, y el recuerdo de sus padres desenterrado inconscientemente por Dohko no resultaría tan lacerante ni devastador.

Ayer por la mañana Aspros no dejaba de mandarles mensajes, y hoy nada. Nada de nada. Y Defteros tampoco. Y Saga empieza a preocuparse, sintiendo como su mente le quiere traicionar fabricándole pensamientos de olvido.

Por mucho que Aspros le afirmara que ellos no son una molestia, quizás le mintió solamente para hacerle sentir mejor. Pero su mudez hoy le preocupa, y sin quererlo empieza a pensar que los mayores se han olvidado de ellos, y que están viviendo la vida que su obligada presencia coarta día tras día desde hace meses.

Saga se ha tumbado en su cama, con la pierna tocada extendida, procurando moverla lo menos posible para que mañana no sufra dolores que le impidan seguir con el "stage" que durante semanas han soñado, y el móvil juega entre sus manos. Primero piensa en ponerse música y así olvidarse de todo, conectando los auriculares y buscando sin saber por qué unas canciones que antes ni conocía, pero que la obsesión de Defteros en escuchar la música que agradaba a su padre ha hecho que hoy estén ahí, a la espera de ser disfrutadas con nostalgia y tristeza.

"Starman" de David Bowie comienza a reproducirse y la necesidad de escuchar la voz de cualquier de sus dos hermanos mayores empieza a ser más que urgente. Pero...¿Y si les molesta? ¿Y sin han salido con sus amigos por ahí? ¿Y si no les echan en falta?

Puede intentarlo. Llamar...y esperar. Y sin no responden, ya no hay nada más que pensar. No piensan en ellos y punto. Y en cierto modo sería natural, como natural también sería que él estuviera disfrutando de la compañía de sus amigos en vez de estar pensando en sus hermanos mayores, todo ello orquestado en su mente para no pensar en el capullo del hermano que está ahí con él, y que nunca antes había parecido estar más lejos.

Repentinamente los auriculares son arrancados de sus oídos, los contactos abiertos y el nombre de Defteros buscado. Defteros en vez de Aspros, aunque podría haber sido al revés, pero Def es quién revolotea en su mente sin cesar.

Saga ahora duda. No se acaba de decidir en darle al icono de llamada. Suspira y piensa, y mientras tanto se mira el tobillo inflamado y vendado por culpa de la dureza de trato a la que le ha sometido Kanon. Y le odia. Y necesita decírselo a alguien, pero no puede. Ninguno de sus hermanos mayores aprobaría esta furiosa afirmación. Pero puede hablarles de cualquier otra cosa...

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