34. Viernes

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Hace un par de días que la tensión ha regresado a tomar el control de la casa de los gemelos.

La confesión de Aspros ha dejado al mayor solo y rechazado por los segundos de cada pareja. Kanon, a parte de haber decidido no dirigirle la palabra y de hacer caso omiso de sus directrices sobre las tareas estudiantiles, le evita como si el mayor fuera el portador de un virus que tienta infectar a toda la familia. Defteros no se siente capaz de digerir la enésima decisión tomada de forma unilateral por su gemelo al mando, y aunque cuando se hallan los cuatro reunidos bajo un mismo espacio trata de comportarse con normalidad, en los momentos que ambos se pueden saber a solas también ha decidido castigarle con su insufrible indiferencia. Únicamente Saga ha encontrado en él un apoyo a sus dudas y confusión, y a pesar que todavía no se atreve a compartir abiertamente con Aspros todas las incógnitas que hierven dentro de él para obtener respuestas, ha tomado la firme decisión de no convertirse en un activo del tremendo vacío que tanto Kanon como Defteros están construyendo alrededor de su presencia.

Aspros sabía que confesando sus tendencias más íntimas y personales destruiría puentes de conexión entre sus hermanos, pero también tenía la certeza que forjaría un nuevo lazo de unión con Saga, y el mayor simplemente nunca ha contemplado la opción de renunciar a ofrecer el abierto apoyo que ni él ni Defteros tuvieron por parte de sus padres en cuanto a temas sexuales se refería. Cierto es que nunca ninguno de los dos progenitores se había inmiscuído en sus elecciones, pero tampoco habían compartido jamás una charla que les ayudara a afrontar su más interna realidad con el alma tranquila. Su procedimiento había sido el de dejar hacer sin intromisión, pero la verdad es que Aspros siempre echó en falta algún tipo de conversación que respaldara sus dudas y temores. Y él no estaba dispuesto a dejar a Saga solo en ese camino tan espinoso como gratificante se vuelve una vez es aceptado y asimilado con naturalidad.

Y a pesar de todo este inesperado desbarajuste familiar, hoy es viernes. Este fin de semana que se estrena se presenta repleto de ofertas para la diversión, debido a que las fiestas de verano de la ciudad han llegado puntuales a la cita de cada año.

Kanon se ha dirigido a él exclusivamente para informarle que esta noche saldrá con todos sus colegas para asistir al concierto de diversos grupos de rock regionales que tendrá lugar en la playa. El menor de todos no le ha pedido permiso. Solamente ha considerado tener un detalle para con él al decirle que va a salir, y que no sabe a qué hora regresará. Saga ha parecido que también tenía ganas de asistir a la fiesta nocturna al lado del mar, y la verdad es que Aspros y Defteros han recibido las invitaciones de sus amigos para acompañarles a disfrutar de las fiestas que ningún año hasta ahora los mayores se han perdido.

A Aspros no le ha quedado más remedio que no oponerse a la decisión tomada por Kanon, aunque sabe que es su rebeldia y el rechazo que está demostrando hacia él el que le hace hablar con unos aires de superioridad que amenazan con volverse nocivos si finalmente escapan de control. Lo único que tranquiliza al mayor es que él también acudirá acompañado de Sísifo, Hasgard, Elcid, Dégel, Kardia y los demás amigos que hace tiempo que no ve. Más concretamente no coincide con ellos desde la accidental muerte de sus padres, cuando su apacible mundo se trastocó por completo sin previo aviso. Así que Aspros asume que también es su momento de regalarse unas horas de distensión con aquellos que desde hace meses han respetado su auto-impuesta reclusión. Y si de paso puede mantener un ojo sobre los menores, mejor.

Sorprendentemente para el mayor, Defteros también ha aceptado acudir al largo concierto al aire libre, pese a que las palabras que le dirige siguen siendo escuetas y cubiertas por un tono de voz que no puede evitar reflejar el sentimiento de inferioridad que sin desearlo Aspros genera en él, al menos siempre que tira para adelante sin contar con su opinión.

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