23. Resolución

51 7 1
                                    


Días ha durado la incógnita de saber si el "stage" seguía en pie o no. Después de que Aspros y Defteros supieran las notas y de la noticia que les esperaba un duro verano bajo las órdenes de Aspros repasando todas las materias pendientes, el tema del ansiado campamento de fútbol pasó a ser una misterio que los menores no se atrevían a desvelar. O mejor dicho, que Saga trataba de no hacer pese a la insistencia de su gemelo, esperando el milagro que dotara de buena voluntad al estricto hermano mayor.

Días también ha durado el enfado de Aspros con Defteros, debido al ataque a traición que recibió en la orilla del mar y que le obligó a regresar a casa chorreando agua. Cierto es que el móvil de Aspros no sufrió ningún naufragio, debido a que lo había dejado en el buen recaudo de la bandolera que siempre le acompaña al trabajo, pero su billetera de piel italiana, ésa que nunca abandonaba la proximidad del cachete izquierdo de su trasero, no corrió la misma la suerte.

Acabó tan empapada como su dueño, y al llegar a casa el mayor tuvo que tender los billetes que llevaba dentro rezando para que la húmeda brisa veraniega los secara y les dejara una mínima dignidad para poder seguir siendo útiles. Tanto las tarjetas de crédito, como el permiso de conducir y la tarjeta sanitaria se salvaron de la peligrosa desintegración que tantearon los billetes, debido afortunadamente a su cuerpo plastificado, pero la billetera...la misma que Aspros se compró por internet directamente a Florencia...el estado resultante de dicha billetera Defteros aún lo está pagando.

Nunca los menores habían sido testigos de una riña entre sus hermanos mayores que durara más de un día.

Y Aspros ya lleva más de cuatro días de morros, Defteros se desvive para conseguir que le hable algo más allá de lo correcto e indispensable y Saga y Kanon ya no saben qué hacer para esclarecer de una puñetera vez qué demonios va a pasar con el "stage", el cuál se acerca en el calendario de manera implacable.

Como siempre que el temor al severo carácter de Aspros asoma, Defteros se convierte en la elección cercana para llegar a resolver cualquier tema de interés de los menores, elevando la incógnita de su inminente "stage" a un nivel de importancia nacional. Quedan sólo dos días para la soñada fecha, y la necesidad de salir de dudas ya es algo que quema en los corazones de Saga y Kanon.

Aspros aún no ha regresado del trabajo. Defteros acaba de llegar y se ha ido directamente a la ducha. Apenas ha prestado atención a los chicos, que extrañamente los ha descubierto juntos tratando de llegar al final del juego que les regaló Aioros por su cumpleaños. Es evidente que la indiferencia a la que le somete Aspros le duele, y no puede evitar dejar que se refleje en su actitud cada día más apagada.

- ¿No te parece que Aspros se está pasando con Defteros? - Kanon lo pregunta olvidándose de los mandos del juego.- Era solo una billetera...

- Ya...Aspros se pasa...pero ya sabes como se encariña Aspros con las cosas...y supongo que esa billetera le costó una pasta. ¿No dijo algo así como que se la había hecho mandar de Italia?

- Saga...a mí la billetera de Aspros me importa una mierda - suelta Kanon, ya sin poder reprimir más su necesidad de saber si en dos días se irán o se quedarán sumergidos en ese tenso ambiente.- Tenemos que salir de dudas...y tenemos que hacerlo ya - concluye con una convicción que empieza a arrastrar a Saga.

- ¿Y qué quieres hacer? - pregunta Saga, olvidándose también del juego que hasta el momento han tenido entre manos - Y no me digas que soy yo el que se lo vaya a preguntar a Aspros cuando llegue.

- ¡¿Cómo que no?! ¡Joder, Saga! Por algo eres el mayor...- se justifica Kanon, escudándose en la excusa que siempre usa cuando no le apetece hacer frente a los mayores.

CuatroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora